Cropsey es uno de los nombres que se le da en Estados Unidos a lo que aquí conocemos como el hombre del saco. Un ente maligno que se ceba con los más pequeños de la casa. Un mito que en algunos casos termina cobrando vida. Al menos esto es lo que pretenden demostrar Barbara Brancaccio y Joshua Zeman con este documental que aborda las extrañas desapariciones ocurridas en Staten Island durante el periodo de 1972 y 1987. Mediante el análisis de varios casos de desapariciones, los investigadores encontrarán inquietantes similitudes: niños con deficiencias mentales, perdidos en un radio de 50 kms y lo más importante, con alguna relación con el Manicomío de Willowbrook. Esta institución mental es ahora un lugar abandonado fruto del vandalismo y ocupado por gente muy sospechosa. Los túneles subterráneos albergan una red secreta de mendigos. Por otro lado, Barbara y Joshua descubren que una secta satánica celebra ceremonias ilegales entre sus muros. Para culminar la perturbadora leyenda negra del lugar, los restos de una de las niñas desaparecidas, Jennifer Schweiger, aparece cerca de los límites de Willowbrook. A partir de ahí todo parece señalar al manicomio como epicentro de las acciones malignas que se están produciendo desde hace 15 años. Y como 'hombre del saco' en aquella localización 'diabólica' se encuentra Andre Rand, el único acusado de haber matado a uno de los niños de Staten Island. Es entonces cuando los realizadores del documental quieren dar un giro a sus investigaciones para intentar probar que Andre es el responsable de más crímenes. El señor Rand es la perfecta cabeza de turco: un hombre tímido, de aspecto violento y un habitual de la zona de Willowbrook. Aún así, parece ser que todos los dedos le apuntan como un asesino reincidente que al final es culpado por otro desaparición. Un pequeño 'triunfo' que, sin embargo, deja multitud de casos en el aire que no podrán ser resueltos pese al buen hacer de los directores.
Estamos ante un perturbador documental independiente que se atreve con un tema muy oscuro, la desaparición de niños en Estados Unidos. Por medio de un exhaustivo trabajo de investigación, construyen una teoría que cobrará forma la lo largo de la cinta. Siguiendo pistas 'in situ' en la zona de Willowbrook, entrevistando a los detectives involucrados e incluso contactando con el propio Andre Rand, Brancaccio & Zeman logran captar la atención del espectador revelando una serie macabras 'casualidades' que auguran un descubrimiento épico que al final nunca termina consolidándose. Si bien la primera hora del documental es sublime, desvelando hallazgos categóricos sobre niños desaparecidos e incluso arriesgando sus propias vidas acudiendo cámara en mano al sanatorio a horas intempestivas, el desenlace final nos deja con ganas de más e incluso con la sensación de que el objetivo de los directores no es aclarar una turbia verdad sino impresionar a la audiencia por medio de teorías rocambolescas como la de los rituales satánicos. Y es que, desgraciadamente, los dos realizadores no serán capaces de llegar a su ambicioso objetivo de destapar una peligrosa trama que parece estar ante los ojos de todo el mundo. Un claro ejemplo de que no siempre se puede ganar cuando se esta filmando el mundo real.
Nota: 7.1
Para recordar: El corte real sobre los enfermos de Willowbrook; impactante ver como trataban a los disminuidos psíquicos. Lamentable y estremecedor.
Para olvidar: El no saber parar a tiempo cuando claramente se veía venir que la conclusión no iba a ser la esperada.
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