Un año más (y van 63), Londres se viste de gala y con el mono de trabajo para, en 12 días, hacer un homenaje al cine internacional con mas de 350 películas de más de 80 países distintos. Un despliegue que no se debe perder ningún amante al cine y menos si vive en la capital británica. Este año he podido disfrutar como dios manda del festival viendo nada menos que 9 películas. Como es tradición, las proyecciones se hacen en los cines más emblemáticos de la ciudad y en una carpa acondicionada para la ocasión. Londres no tiene problemas para esto ya que cuenta con la friolera de 110 salas de cine (Madrid, por ejemplo, tiene algo mas de 30). Este es otro aliciente, para no perderse el evento, ya que podemos visitar salas míticas como el Pince Charles, el ICA cinema o el cine Curzo en Mayfair. Una gozada en todos los sentidos.
Este año comencé fuerte con una maratón de 4 películas en un mismo día. La primera, a media mañana, fue la comedia norteamericana The Climb. El protagonista y productor del film, Kyle Marvin nos presentó este largo sobre una amistad imposible forjada por la traición. Muchas risas y alguna que otra reflexión, antes de comer un sándwich para no perderse nada de la segunda pieza del día: To the Ends of the Earth. Se trata de una deliciosa pieza japonesa sobre la vida diaria en Uzbekistan. Un viaje a las entrañas del desconocido país, vista desde la perspectiva nipona. Encantado con la experiencia, sin perder un segundo me fui al Instituto de Arte Contemporáneo, que, a la vez que sala de exposiciones, tiene 2 salas de cine. Tras pedir una cerveza y pasarla al cine (aquí no es que se pueda, es que es casi una obligación), fui a ver la epopeya de juventud de la Uruguaya Lucía Garibaldi: Tiburones. Como andaba bien de tiempo, me quedé hasta el final y le pregunté a la directora si la película era autobiográfica (me aclaró entre bromas que no). Finalmente, ya con la noche cerrada y un poco mareado, me hice fuerte para completar el día con una película de animación francesa: J'ai perdu mon corps. Una preciosa historia sobre el amor y el destino, que nos presentó el director Jeremy Clapin, acompañado de todo su equipo. Esta pieza fue premiada en Cannes y posteriormente en Sitges. Así concluyó mi primer e intenso día.
La siguiente sesión de películas se compuso de tan “solo” dos obras, una después de la otra, como en los antiguos cines de sesión continua. El primer film fue presentado por nada más y nada menos que Fernando Meirelles, a quien le acompañó la mayor parte del equipo técnico y uno de los protagonistas de “The Two Popes”, el polifacético actor galés Jonathan Pryce. Pryce forma una pareja interpretativa sencillamente brutal con Anthony Hopkins en uno de los mejores duetos que recuerdo. Tras la lección de cine de estos monstruos, me permití el lujo de caer en el cine más banal y comercial de la mano de los Aeronauts, donde también el director, Tom Harper y sus protagonistas, Eddie Redmayne y Felicity Jones, nos hablaron de esta película de aventuras, amor y algo de biografía científica. Con esto dí por concluida mi jornada en el Embarkment Garden Cinema, una carpa habilitada para el festival y donde se proyectaban películas que se estrenan en Europa.
Pasado el ecuador de mi periplo cinematográfico, el siguiente visionado en otras dos sesiones continuas, me llevó al mítico Prince Charles cinema para ver en primer lugar la sorprendente “El Duce Tapes”, donde los directores, David Lawrence y Rodney Ascher nos contaron todos lo pormenores de este documental creado con unas cintas perdidas en un desvan con contenido inedito del irreverente líder del grupo “The Mentors”. Tras el shock producido por El Duce, llego la hora de “Guest of Honour” del director Egipto-Canadiense Atom Egoyan, una historia peculiar pero muy lenta y sin ningún contenido sustancial.
Y como todo en la vida, esto llegó a su fin. Como no podía ser de otra manera, para concluir mi festival me fui al cine donde se cierra la gala por todo lo alto con alfombra roja incluida, el Odeon Luxe. Aunque yo no fui a la película que clausuró el evento (The Irishman) sino a Judy and Punch, largometraje australiano dirigido por Mirrah Foulkes quien nos contó los pormenores de este violento cuento medieval ambientado en la lejana Oceanía. Una curiosa historia que me encantó.
Y colorin, colorado… ¡un momento! Al salir del cine hay un gran bullicio y focos por todos los lados… no puede ser… quien es este elenco de estrellas… La alfombra estaba para algo y es que todos los protagonistas de The Irishman se congregaron allí: Al Pacino, Rober de Niro, Harvey Keitel y ¡Martin Scorsese! Me declaro admirador de todos ellos y me despido de todos compartiendo fotos de los mejores momentos de mi aventura en el BFI. Un BFI que galardonó a Monos como mejor película, Atlantic como mejor película novel y White Riot como mejor documental.
Aquí empezó todo. Saliendo de casa.
El VUE cinema
El emblemático Curzo en Mayfair
Kyle Marvin protagonista de The Climb
El ICA preparado para su estreno en el BFI
El ICA por dentro
El ambiente festivalero de Londres en el centro
Patricia Garibaldi (Tiburones) y su traductor
Jeremy Clapin, acompañado de su equipo
David Lawrence y Rodney Asche, El Duce Tapes.
Felity Jones y el equipo de The Aeronauts
Fernado Meirelles llegando al estreno
Meirelles, Jonathan Pryce y el resto del equipo.
El Prince Charles Cinema
El Odeon Lux por dentro y por fuera.
La australiana Mirrah Foulkes.
El legendario Harvey Keitel.
Scorsese hablando de su enesima peli de mafiosos.
El alocado Al Pacino.
La clase en forma de actor: De Niro.
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