USA (2019)
Yakov es un joven judío que se ha mudado a Brooklin. Ha empezado a perder la fé. Antes de que esto ocurriera trabajaba en uno de los oficios más extraños y probablemente más desagradables que existen: Shomer. Un Shomer es una persona que tiene que pasar una noche entera con un muerto para que no se lo lleve el diablo. Esta es una tradición judía para aquellos que no quieren ser velados por algún familiar. Aunque Yakov ya no ejerce, necesita el dinero y accede a pasar una noche con un extraño cadáver y su no menos extraña mujer, demente, que no ayuda en nada en esa inquietante noche. Por si esto fuera poco, el chico judío se queda dormido en medio del velatorio, cosa absolutamente prohibida, porque propicia la llegada de “demonios”. Unos demonios demasiado reales, que harán sufrir a Yakov con recuerdos del pasado y con situaciones terribles en el futuro ¿como terminará esa noche infinita?
Hoy en Piniculas, una peculiar película de terror en clave hebrea. Si, porque para los profanos en la religión judía, las “peripecias” de un shomer son mas que desconocidas. Y esto es lo primero que nos engancha. Luego va aumentando la angustia y el agobio al ponernos en la piel del desdichado Yakov, que poco a poco va mezclando sus pesadillas con lo que pasa en esa destartalada casa, estilo Silent Hill. La trama va perdiendo fuerza conforme las “fuerzas del mal” se van revelando y la historia va llegando a su fin, desvaneciendo todo el suspense y dejando un epílogo bastante vacío. Aunque los sustos de antes pueden dejar satisfecho al espectador más ávido de nuevas experiencias en el género.
Nota: 6.3
Para Recordar: Lo que pasa después
del primer “sueñecito”
Para Olvidar: La nula reflexión que tendremos al terminar la película.
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