Un obrero se inmola en un bloque de apartamentos en construcción en un barrio que pretende ser de gente acomodada en la renovada Túnez. Un barrio que vio parada su actividad cuando el anterior régimen dictatorial perdió fuerza. Ahora, el nuevo gobierno democrático pretende hacer una lavada de cara a todo lo antiguo y de paso, volver a sacar tajada de los negocios de antaño. Este incidente no es bueno para este propósito y, aunque ahora la policía tiene que ser imparcial, tampoco puede meterse en cosas que van contra el nuevo orden. Pero Fatma es una policía de carrera, hija de un activista tunecino, que no quiere perder el rastro de todo lo que pasa en este extraño caso. Porque al obrero inicial, se le empiezan a sumar más víctimas por la zona. Suicidios por fuego en los que los difuntos no parecen sufrir. Una situación de lo más bizarra y donde Fatma se niega a pensar que no haya conexión política. Pero parece que la cosa va más allá, a raíz de unos videos que muestran una especie de secta seguidora de un ser de fuego…
Desde Túnez, nos llega un curioso thriller policíaco, mezcla de cine social y trama “esotérica” El primer componente es al que le doy más valor. El día a día de un grupo de policías en la decrépita capital de la república de Túnez, sobreviviendo a la pobreza generada por la dictadura e intentando parecer país moderno. Desde luego es lo más curioso y valioso que se puede sacar de este largometraje. Si bien la idea empieza manteniendo el interés del espectador, el lento desenlace y su culminación, hacen que parezca una pérdida de tiempo haber terminado la historia. Una conclusión muy pobre para un film que podría haber sacado mucho partido a una conspiración en la exótica y desconocida capital tunecina.
Nota: 6.8
Para recordar: Las rondas por las afueras de la ciudad. Una realidad bastante chunga.
Para olvidar: El final inconcluso que pretende ser místico y se queda en una intento de terminar sin más.
Para mas info, haz click aqui.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.