Aunque el principio de la película flojea con tanto mundo hippie y topicazos del 68 luego Huerga asienta una historia fuera de mundos políticos, luchas y de construir bandos de buenos y malos, simplemente son personas con sus virtudes y sus defectos. Me parece una película excepcional en cuanto a los actores porque Bruhl en el papel de Salvador hace una persona creíble que no es un angelito precisamente pero nadie merece tal castigo, también podemos destacar al padre de Salvador interpretado por Celso Bugallo, sus hermanas, compañeros de atracos, abogado defensor y hasta la interpretación del verdugo está muy bien estudiada. Todo aderezado por la música de Lluis Llach y una BSO que es muy acertada. El 2 de Marzo del 74 ocurrió este hecho en nuestro país y creo que está película es una suerte de justicia por no olvidar algo que nos parece de la Edad Media pero que pasó hace apenas 30 años. Una lección de historia que no aprenderemos en las aulas.
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