Regreso a Moira

Un anciano en el umbral de la muere, recibe una extraña carta pocos días después de fallecer su esposa. Es una carta de amor, procedente de un sitio del que hace mucho tiempo huyó: Moira. Las pesadillas le atacan y la angustia se acrecienta. Decide romper con sus temores y visitar de nuevo su pueblo natal. Nadie sabe por qué se exilió; pero los recuerdos del protagonista cada vez son más claros. Una infancia feliz en un pueblo lleno de supersticiones; un joven que descubre el amor; un amor enfermizo, prohibido. Los antaño mejores amigos, ahora son extraños… o están locos. Cuando llega al pueblo todo ha cambiado. Lo único que sigue igual es la casa donde vivía la dama que le “erotizó”: que lo sedujo con malas artes, artes dignas de una criatura del averno; artes aprendidas de las más oscuras brujas… o eso es lo que pensaban en el pueblo.

De nuevo una sensacional película para no dormir. Esta vez, es Mateo Gil el que nos mete el miedo en el cuerpo. Y no de cualquier forma. Un suspense elegante, inquietante; un suspense del que te mantiene en tensión y te sorprende cuando menos te lo esperas. Una muy elaborada trama, alejada de la fantasía, pero con el terror cotidiano que genera la ignorancia. Magnifico manejo del tiempo pasado y presente, para ir narrando una historia sin fisuras y con bastantes interrogantes. Interrogantes que se van diluyendo hasta culminar en el apoteósico final, mezcla de sobrenatural y superstición. Resumiendo, la mejor ‘pelicula para no dormir’ que he visto hasta la fecha.

Nota: 8,8


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Drugstore Cowboy

Producción americana del año 89 dirigida por Gus Van Sant, en la ciudad de la costa Oeste de Portland viven Bob, Diane, Rick y Nadine, son jóvenes y son yonquis, Bob es el cabecilla del grupo y junto a Diane empezaron a atracar farmacias para proveerse de los suficientes fármacos para ir todo el día colocados, a ellos se les une el amigo de Bob (Rick) con su joven pareja Nadine, alguien con una sonrisa inocente y cautivadora pero que trae problemas al grupo. Tras un grave incidente Bob se plantea que a él le encantan las drogas pero no quiere vivir de la manera en que está sucediendo su vida de estar siempre huyendo y todo lo que le rodea en ese mundo de delicuencia y falsos "amigos".

Este relato se ha asemejado por ejemplo a Trainspotting pero no tiene nada que ver porque da un testimonio de como alguien que le encantan las sustancias alucinógenas y que tiene una inquietud por conseguir su objetivo se ve envuelto en un montón de mierda que nada tiene que ver con lo que es un yonqui. Hay varios aspectos de esta película que se pueden destacar para bien y para mal, la participación del escritor yonqui y beatnick William Burroughs es un gran acierto, la interpretación de Matt Dillon como protagonista me resultó una sorpresa muy agradable y hay varios momentos del film donde se hacen reflexiones muy interesantes acerca del mundo de la drogacción. Al contrario pues tenemos la floja interpretación de Heather Graham como la hippie que se hace la guay, los momentos de subidón por las drogas en la voz en off de Dillon (parecen patéticos) y una banda sonora que es bastante deficiente. Para amantes de las películas americanas que pueden llegar a sorprender.



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Central do Brasil (Estación Central de Brasil)

Producción brasileña del año 98 dirigida por Walter Salles (Diarios de motocicleta) que ostenta multitud de premios entre los más destacados el Oso de Oro del festival de Berlín a la mejor película y Oso de Plata a la mejor actriz (Fernanda Montenegro). Dora (Montenegro) es una escribiente que redacta las cartas a la gente analfabeta en la mega estación de tren de Rio de Janeiro, entre Dora e Irene luego en casa deciden que cartas enviar y cuales no porque ellas juegan a ser dioses y así también se ahorran el envío de todas. Tras entregar una carta la madre de Josué, esta es atropellada, en la carta la madre expresa el deseo de Josué de conocer a su padre aunque ella se opone. Josué queda huérfano y corre peligro vagando por la estación a consecuencia de las mafias. Dora se ofrece a ayudarlo y poco a poco se van haciendo amigos y los dos se embarcan en la aventura de buscar al padre de Josué.

Al igual que en "Diarios de motocicleta" Salles nos ofrece una tierna road movie que toca los sentimientos de la gente, su gran acierto es que trata sus historias con crudeza y entonces cualquier detalle te parece algo muy bonito, una cosa que nunca deberíamos olvidar las personas, esa es la gran enseñanza que yo he sacado visionando esta estación llena de gente anónima donde sin lazo alguno de sangre una mujer mayor que toda su vida ha sido soltera y sin hijos quiere a un chaval y lo cuida en ocasiones mejor que si fuera su propia madre. Un gran acierto de este director brasileño donde sus constantes en cuanto a ritmo, música y puesta en escena son facilmente reconocibles y muy trabajadas.



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Cándida

Estamos en la capital de España: Madrid. Esta gran ciudad se divide en 10% Glamour, 70% Mediocridad y 20% Miseria. Encuadrada en este último porcentaje, esta Cándida. Cándida es una mujer trabajadora, que reside en el barrio de San Blas. Allí no ha Corte Inglés ni Xanadú; allí hay gente humilde; desheredados de la opulencia capitalina. Para poder subsistir, Cándida, limpia casas de ricos en el centro de la ciudad. Todos los días, coge el cercanías y luego el metro para llegar su destino laboral; destino repleto de gente pija, orgullosa y fascista. Gente a la que no le importa ver a una persona de 60 años limpiando; gente que mira a otro lado cuando sabe que los hijos de Cándida están enfermos o metidos en la droga; gente de la mas baja calaña moral. Cándida, sin embargo, nunca pierde la sonrisa; a pesar de lo dura que es su vida madrileña, a pesar de vivir en un drama continuo, su positivismo y su filosofía rural, hacen que siga adelante donde muchos habrían caído por los suelos. Un buen día, Cándida conoce a Pablo, otro ‘animal’ de la capital; Pablo pertenece a la especie opuesta a la de nuestra protagonista: tiene una vida magnífica y el se empeña en ensombrecerla. Que si estrés, que si exceso de trabajo, que si problemas amorosos… Memeces metropolitanas, incomparables al drama de la limpiadora. Drama que se va acrecentando, hasta el punto de la locura; drama que compartirá con Pablo, para que, juntos, descubran que la vida puede ser de otro color…

Sensacional apuesta nacional por el melodrama biográfico. Cándida Villa, nos cuenta la historia real de su vida, vista por los ojos de Guillermo Fresser. Cándida fue empleada del hogar del director y desde el principio le cautivó y enamoro con su peculiar forma de ver las cosas. Drama sin concesiones, comedia sin paliativos. Este antagónico cocktail, es guiado de forma magistral por el realizador. Tan pronto lloramos, y antes de caer la lágrima, ya nos estamos riendo de nuevo. Con reminiscencias a clasicazos como El Hombre Elefante, este drama social, va más allá, y nos muestra la realidad cotidiana de Madrid; no como el absurdo personaje creado por Santiago Segura, sino con elegancia y veracidad. Más de uno de los que sufrimos a diario las inclemencias de esta ‘diabólica’ urbe, nos sentimos identificados en algún momento con Cándida.
En definitiva, cine español del que sí vale la pena, con un trasfondo meditativo y, que, como única pega, podría haberse reducido quitando partes del feliz (y fuera de lugar) epílogo.

Nota:8,8


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