Oso de oro en 1957 y consagración cinematográfica de Sidney Lumet. Estamos ante una de las mejores películas de la historia. Mucho se ha escrito sobre este film tan simple en su desarrollo como complejo en las conclusiones que se sacan de él. La historia transcurre en un caluroso salón en la que 12 hombres debaten si mandar a un hombre a la muerte o no. A priori podría pensarse que es complicado que ante tal planteamiento se consiga una tensión reseñable; pues contra todo pronóstico, la historia adquiere un suspense sublime, digno de las mejores películas de los maestros. Como transfondo, la personalidad claramente definida del cada uno de los componentes del jurado; una personalidad que se deja arrastrar por la mayoría; que condiciona la objetividad de las opiniones. Demasiado cercana al mundo real, dónde la minoría es castigada con el sambenito de la subversión. Los personajes, anónimos y mundanos (cada uno es nombrado con un número), encarnan diferentes aspectos de la condición humana: el miedo, la desilusión, el desengaño, el rencor, la sabiduría, la impotencia, el valor… Cada uno de los espectadores podrá buscar su “gemelo” en este grupo de individuos que quieren “matar” a un hombre. Empezaremos queriendo a unos y terminaremos odiándolos a todos. Imprescindible.
Nota:9,8
Para Recordar: El brillante ejercicio de cine en un simple salón.
Para Olvidar: Por decir algo, el excesivo protagonismo de Henry Fonda.
Para mas info, haz click aki
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.