Francia (1956)
Producción dirigida por Robert Bresson, ganadora de la Palma de Oro en el festival de Cannes a mejor director en el 56. Fontaine es atrapado por el ejército nazi durante la Resistencia francesa en la II Guerra Mundial, son tiempos de la ocupación alemana en París e incomprensiblemente no es fusilado inmediatamente, él está preparado para morir pero los días pasan en un presidio que no tiene ni las más mínimas condiciones, un catre, 4 paredes y un cubo para hacer sus necesidades. Fontaine no se rinde y empieza a pensar que antes de que pueda ser ejecutado podría fugarse de allí. Así con una simple cuchara que roba de las sopas que le dan los nazis, construye un cincel. Con el artilugio empieza a separar los tablones de la puerta de su celda y con ganchos y tela elabora una cuerda para saltar los muros del cuartel. Cada vez está más débil y su caso pronto se va a resolver porque sus compañeros en la Resistencia le informan que si tiene intención de escapar que lo haga lo más pronto posible. Sus planes se trastocan porque en la celda donde ahora solamente está ocupada por él, le traen un compañero que no sabe si es un traidor al ejército nazi o es miembro de la Resistencia. Fontaine no sabe si contarle el plan y escapar juntos porque es muy arriesgado y al más mínimo error puede costarle la vida e irse al traste todo el trabajo realizado. Tiene que decidir en un corto espacio de tiempo que hacer con Jost.
Una película que es una obra de culto de uno de los maestros del cine europeo como es Robert Bresson, yo la afrontaba con muchas expectativas de ver un peliculón sobre una escapada en una cárcel y me ha causado cierta decepción, realmente esperaba más sobre este relato, no digo con ello que sea una mala película, al contrario, es bastante buena y no tiene las fantasmadas de otras películas donde Stallone y Pelé juegan al fútbol contra los nazis. Es un relato muy realista de un tío que con cuatro cosas consigue realizar un plan de fuga, una especie de Mc Gyver en viejuno con una seguridad en sí mismo que te hace sentir que fijo que va a conseguir su objetivo. Podría ser que en 1956 esto fuera el no va a más sobre dramas carcelarios pero el género ha evolucionado mucho y si ves ahora Un profeta de Jacques Audiard ni tiene ni punto de comparación con esta producción. Además todo es bastante inocente y no se sostiene, si un tío que lo llevan en coche para encarcelarlo e intenta escaparse es una ejecución inmediata. Por todo esto, este tipo de película sirve para aprender del cine clásico europeo para mera anécdota. Uno puede conocer la verdadera historia de André Devigny, aunque no sea este el Bresson que emociona como en Mouchette. Lo que estoy seguro es que luego muchos directores han seguido su estilo como Aki Kaurismaki.
Para Recordar: La valentía y el ingenio de Fontaine para escaparse de una muerte segura en ese presidio nazi donde tenía los días contados, como poco a poco va planeando su plan para escapar y dejo los menos cabos sueltos.
Para Olvidar: La mala calidad de la imagen y unas interpretaciones que a día de hoy nos parecerían casi infantiles.
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Películas alternativas, para los seguidores inconformistas del séptimo arte.
Me gusta el dinero de las mujeres por que es el mas dificil de conseguir. Ademas huele bien...
Harry Steele - Secret of the Incas
martes, octubre 15, 2013
Un condamné à mort s'est échappé (Un condenado a muerte se ha escapado)
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