En 1965 uno de los más brutales genocidios de la historia tuvo lugar en Indonesia. El ejercito masacró a más de un millón de inocentes. Su excusa, evitar que el comunismo llegará al poder. El resultado de la matanza es que los criminales lograron un reinado del miedo que llega hasta nuestros días. En nuestras mentes occidentales, es imposible comprender como asesinos pueden seguir libres y además en puestos de poder. La explicación es simple: por el miedo. Miedo que afortunadamente Adi y su familia han perdido. Mejor dicho, Adi y su valiente madre, que no ha parado de reclamar justicia mientras cuida de su decrepito marido que perdió la cordura cuando se enteró que su hijo mayor, Ramli, había sido torturado y asesinado por fuerzas para-militares. El responsable de tal acto, cuenta con todo lujo de detalles como acuchillo, destripó, mutiló y descuartizó al joven cuando solo contaba con 23 años. Adi escucha el documento estupefacto, mirando en silencio e intentando asimilar y comprender como pueden existir 'personas' así. En busca de una explicación y con un coraje sin precedentes, emprende la 'aventura' de entrevistarse personalmente con los criminales y sus familias. Algo que no le resultará difícil pues la mayoría de ellos siguen viviendo en el pueblo en completa libertad y disfrutando de un alto estatus social. Cada paso que da es más controvertido y confuso. Incluso peligroso, pues los matarifes siguen en las altas esferas y continúan albergando una maldad infinita. Pero a Adi esto le da igual. Solo quiere que los criminales den la cara, revelen sus instintos más sucios y dejen ver al mundo la carroña de la que están hechos. En lo más profundo de su corazón busca una señal de arrepentimiento. Señal que no llegará, pues en aquel entorno, decapitar y tortura fue algo normal y lógico, incluso digno de alabanza. Nadie pidió ni pedirá perdón. Pero a Adi y a su madre eso no les importa, pues ellos saben que sus descendientes conocerán la verdad. Una verdad que gracias a este documental a traspasado las fronteras de Indonesia y ha hecho ver al mundo entero la injusticia que se cometió y se continua perpetrando en aquel país del sudeste asiático.
Hoy en piniculas tenemos la conclusión de uno de los documentales más crudos que hemos comentado en el blog. Si hace unos años Joshua Oppenheimer se aventuraba en la Indonesia más profunda para revelar como actuaban los más sanguinarios asesinos de la dictadura en su 'The Act of Killing', ahora cierra el circulo mostrando como se puede convivir con el horror, enfrentarse a él y salir victorioso. Este documental es una obra maestra, que no tan solo denuncia la asquerosa impunidad a la que están sometidos asesinos en serie, sino que nos da una lección de moral, de cultura y de comportamiento humano. Tuve la suerte de estar en el estreno en Londres, con la presencia del director y del principal protagonista, Adi. El público les hizo varias preguntas y, como ha ocurrido en la capital inglesa desde que aterrizó la película, fue un enorme éxito. El tremendo impacto de los testimonios de 'The Act of Killing', es transferido a este largometraje dónde Adi presencia las grabaciones atónito y en silencio. El director quiere acercar al espectador a la realidad de los protagonistas, a su día a día y a las secuelas de los actos violentos. Con enorme naturalidad y huyendo de todo morbo, podemos ser testigos la complicada vida de los padres de Adi, muy mayores y marcados psicológicamente por el sangriento asesinato de su hijo primogénito. Nadie perdona ni nadie olvida. En un acto periodístico sin precedentes Adi entrevista a algunos de los responsables de la muerte y tortura de su hermano. Impertérrito, neutral, sin odio ni rencor, pero con una pena inmensa. Él no puede cambiar la historia, ni puede comprender como los responsables y sus familias huyen del arrepentimiento. Lo que si puede hacer es preguntar educadamente, con calma pero con frialdad y precisión. Los cobardes asesinos ahora no tienen armas y solo saben titubear y amenazar entre susurros. El director nos muestra diferentes estados emocionales a través de sus protagonistas: el terror sin paliativos, encarnado en los decrépitos ex-lideres militares; la lucha sin concesión de la vigorosa madre; las secuelas de la barbarie en el cuerpo moribundo del padre de Adi; la cordura y la valentía de Adi que desafió a poder y al miedo para traernos esta obra de arte; y, finalmente, la esperanza de mano de los hijos de Adi quienes van a conocer la verdad y van a crecer en una Indonesia alternativa. Como bien comentó Joshua, 'The Look of Silence' es uno de los temas de conversación más comunes en el país asiático. Multitud de cines están proyectando la película de manera gratuita bajo el patrocinio de diferentes plataformas como Amnistía Internacional. En todo el mundo, esta serie de documentales ha calado hondo, como muestran los 18 premios ganados por el presente documental, incluyendo el premio especial del jurado en Venecia. Un documental en el que nadie queda libre de culpa, porque los asesinos no son gente perturbada, sino personas que están orgullosas de matar, de torturar y que, como bien comentó Joshua, llegaron a ser encubiertas por grandes empresas como la compañía norteamericana GoodYear que empleaba prisioneros de los campos de exterminio en su sede en Yakarta. No me queda más que recomendar está demoledora obra.
Nota: 9.4
Para recordar: La madre, llena de vigor, rabia, pasión e ironía. Impresionante.
Para olvidar: Este largometraje es una extensión de 'The act of killing'. Quizás una obra global, quitando algunos pasajes, hubiera sido lo más adecuado.
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