Xianbo Hou es una especie de poeta simbolista, cuya máxima ambición es viajar de mochilero por la región china de Xinjiang, un área caótica situada al noroeste de China, repleta de desiertos, montañas y pueblos inmundos. Este 'paradisíaco' entorno es el elegido por Hou, para inspirarse en la elaboración de los 16 poemas que irá creando a medida que avanza su periplo y que desgraciadamente compartirá con el espectador. Y, como no podía ser de otra manera, la calidad de sus obras van muy alineadas con la belleza del paisaje. A lo largo la odisea, el poeta se encontrará con todo tipo de personajes de lo más variopintos, tales como camioneros borrachos, prostitutas con delirios nupciales, ancianos desdentados y demás fauna que desfila por aquellas tierras abandonadas por la evolución, a medio camino entre la tradición, la pobreza y la globalización. Pero esto no parece importar al protagonista que con muy pocos medios, muchísimo tabaco y su mochila, va visitando aldeas y sucios moteles, para, sin saber muy bien como, crear poemas que desde mi punto de vista no tienen mucha relación con las experiencias vividas. Cuando finalmente parece que va a llegar a un lugar bucólico, digno de los delirios de los grandes autores, el lago Tianchi, el tío cutre no quiere pagar un coche alquilado y se queda en un apocalíptico pueblo, fornicando con una profesional, a la que por cierto, también regatea. En fin las andanzas de este figura, que se cree poeta y que ha conseguido estrenar su ecléctico documental en la capital inglesa.
Otro de los films que captaron mi interés en el pasado festival BFI, fue este raro documental, grabado hace 10 años y montado definitivamente en 2015. Como preveía, era una apuesta arriesgada y lo que en principio parecía un reflexivo documental sobre la poesía y el entorno rural del gigante asiático, resulto centrarse en las andanzas de una especie de artista sobre valorado por la China más gris. Si esto fuera un blog de esos que comentan las películas de manera minimalista, podríamos resumir la pieza como las andanzas de un poeta putero y borracho por las carreteras de la China más profunda. Esto no se aleja mucho de la realidad, si bien es cierto, que los más puristas podemos encontrar matices muy interesantes, como por ejemplo descubrir una clase social del país comunista que es absolutamente desconocida en occidente. También es reseñable la música que acompaña a los poemas (muy malos por cierto) así como algunos encuentros con lugareños, como el camionero, la familia y por supuesto la prostituta. Para los que gustamos de momentos subversivos, el encuentro con la meretriz es sublime con una conversación 'tarantiniana' mientras la mujer masturba explícitamente al figura de nuestro protagonista. Una culminación que deja un buen sabor de boca al espectador que es capaz de aguantar despierto durante todo este lento documental.
Nota: 6.9
Para recordar: La prostituta declarándose a Hou con su pene en la mano
Para olvidar: Lo malos que son sus poemas
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