Los chicos del departamento Q vuelven a la carga con otra ‘misión imposible’. Esta sección de la policía danesa se dedica a re-abrir casos que han prescrito pero que por su gravedad deben ser investigados. En esta ocasión un grupo de personas semi-momificadas han sido encontradas emparedadas. Parce ser que el asesinato se produjo hace mas de 20 años, por lo que Carl y Assad se meten de lleno en la investigación. Hay pocas pistas y todas ellas conducen hacía Sprogo, una pequeña isla de Dinamarca con un puñado de habitantes pacíficos. Nada sospechoso ahora, pero si miramos varias décadas atrás, no encontraremos con un entorno deplorable donde se recluían jovencitas que llevaban una vida ‘descarriada’ para el gobierno de la época. Allí había una especie de campo de concentración encubierto dónde se ‘reeducaba’ a chicas de vida liberal. Lo que parecía una labor social encomiable, se convirtió en una sucesión de experimentos médicos, abusos y violencia. Poco se sabe en la actualidad de aquel lugar, pues el gobierno y las autoridades, avergonzadas por lo que aconteció, se habían dedicado a borrar todo rastro del centro. Pero esto no detiene a Carl y sus chicos que irán tirando de los hilos hasta encontrar un expediente muy particular que parece relacionado con los crímenes que investigan. Unos crímenes que serán secundarios cuando se desvele toda la verdad sobre Sprogo y la verdad sobre su leyenda negra.
Debo reconocer que tengo debilidad por el cine policíaco danés y en particular por esta saga del departamento Q. En esta nueva entrega se vuelven a superar con un thriller trepidante, intrigante a través de una trama compleja que engancha de principio a fin sin perder ni un ápice de interés en su conclusión. Con un planteamiento de flashback continuos, la historia de la protagonista nos hace sumergirnos de lleno en la investigación, una investigación bastante creíble que no decae salvo en contados pasaje un tanto forzados. Esto es algo normal cuando se esta tan al filo de navaja del misterio más extremo. Realmente es un pequeño pero para una historia redonda de crímenes basados en la verdadera existencia del centro de re-educación de Sprogo donde se recluía a mujeres consideradas enfermas sicológicas por llevar una vida sexual no acorde con las directrices de la época. Al parecer allí se cometieron multitud de abusos de todo tipo. Otro acierto más de la película que saca a la luz este capítulo podrido de la, aparentemente, impoluta sociedad danesa.
Nota: 8.2
Para recordar: Toda la historia de principio a fin basada en los eventos reales de Sprogo.
Para olvidar: La innecesaria acción “holliwodense” con explosiones y tiros. No queda mal pero sobra.
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