La amigable Kelly Sherwood esta a punto de pasar el peor trago de su vida. Un indeseable se cuela en su casa y la amenaza con matarla a ella y a su hermana si no le ayuda a atracar el banco en el que trabaja. Parece que el hombre sabe todo sobre Kelly y le avisa que no puede ponerse en contacto con la policía. Pero ella no hace caso y llama al FBI; concretamente al agente John Ripley. El oficial se toma muy en serio la situación y no escatima en recursos para proteger a la víctima. Tras una concienzuda investigación el circulo se cierra alrededor de un siniestro personaje que se ha llevado a varias personas por delante. Un asesino sin escrúpulos que ve frustrado su plan para hacerse rico y cambia sus planes para desatar toda su ira sobre la dulce Kelly.
Esta película, realmente fue un “experimento” para mi, ya que intenté buscar un thriller del maestro de la comedia, Black Edwards. Y lo encontré de mano de este largo, un film intenso y muy oscuro. Entiendo que en 1962 este tipo de historias no tenían el peso que se merecían. Realmente es una buena candidata para tener un remake, ya que la trama mantiene al espectador en tensión continuamente, aunque adolece de un desenlace más “atrevido”. El guión es brillante con continuos giros para obtener un efecto psicológico, que, a día de hoy, no se consigue debido a la cantidad de historias complejas que tenemos disponibles (para los que buscamos eso, claro está). Realmente un buen experimento para disfrutar de un clásico diferente.
Nota: 8.6
Para recordar: El crimen en la fábrica de maniquís.
Para olvidar: Es impensable pensar que medio FBI se va a centrar en investigar un raro caso de acoso.Para mas info, haz click aqui.
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