Armenia (2003)
Producción dirigida por Hiner Saleem, ganadora en el Festival de Venecia del premio Marco a Hiner como mejor director. Hamo es un hombre jubilado con 3 hijos, viudo que va a ver la tumba de su esposa todos los días para rendirle homenaje porque la quiere mucho, allí le cuenta como va la familia y sobre todo como avanzan sus hijos en la vida. Uno está en París y tiene muchas esperanzas puestas en él para que le envíe dinero y así poder vivir un poco mejor en este terreno tan árido y frío, otro vive en Samarkanda y es independiente y el otro vive con él, siempre anda escaso de dinero y su hija pronto se va a casar. En el mismo cementerio donde está la mujer de Hamo, está también el marido de Nina, una bella mujer rondando los cincuenta que va a rendir también homenaje a la tumba de su marido que era soldado. Nina sale adelante como dependienta en un pequeño puesto ambulante donde vende bebidas, sobre todo vodka, ella tiene una hija a la que mantener, aunque ya la niña saca algo de dinero de las propinas porque toca el piano en un hotel. Ambos con el tiempo empiezan una amistad de verse en el autobús de vuelta del cementerio y se ayudan mutuamente, sobre todo Hamo a Nina para que el cierre del chiringuito de Vodka Lemon no le afecte tanto a su economía y a la vida junto a su hija. Hamo como anda muy justo de dinero empieza a vender las pocas posesiones que tiene, el armario de recién casados, su televisor ruso y hasta su traje de cuando era general soviético, una época que echa mucho de menos. Él cuenta con el dinero que le mandará su hijo de París pero los hechos más bien serán otros, su hijo allí encuentra una pareja y es él el que pide dinero a su padre.
Afrontamos una producción de un país extraño para nosotros como es Armenia, ya de su cine no tenemos ni idea, por eso el reto de afrontar la visión de esta película tan rara, de hecho el comienzo ya es surrealista, vemos un camión que tira de una cama con nuestro protagonista Hamo dentro. Lo que pretender ser una comedia es un retrato de la extrema pobreza de esta región caucásica de Armenia, donde conviven kurdos, católicos y ortodoxos, pero las diferencias religiosas se hacen a un lado para que todos vivan con la mayor dignidad posible, de hecho hay pasajes del relato que evocan los tiempos pasados como mejores que los actuales, porque antes con los soviéticos las necesidades básicas estaban más cubiertas, ahora habrá más libertad pero hay más miseria. Hasta aquí todo lo interesante de este film porque luego como me estaba temiendo es bastante lento, sin que apenas pase nada y que una película se te haga larga cuando su duración es hora y media es imperdonable. Queda muy bien decir que te has visto una película armenia, si encima ya dices que lo has visto en un festival de cine pongamos en Lavapies eres ya el puto amo dentro de los hipsters, pero por desgracia no es esa la intención del cine y este relato se queda en un mero intento de producción que sólo le queda la anécdota que viene de Armenia. Una pena, porque la historia tiene potencial y con algo menos de metraje le habría quedado al director una buena producción. Sólo recomendada para hipsters que se quieran tirar el rollo delante de otros hipsters cuando están de cañas en las fiestas de algún patrono veraniego.
Para Recordar: La bonita estepa nevada del Cáucaso donde la vida es muy complicada, la supervivencia es algo cotidiano y la lección que nos dan sus habitantes que sin apenas nada sobreviven incluso con ilusión, muy alejados de la infelicidad occidental.
Para Olvidar: El ritmo lento de estas películas para hipsters culturetas, porque queda muy culto decir que has visto una película de un país tan alejado y poco común como es Armenia, con una historia de un padre de familia jubilado que apenas tiene nada una mísera pensión y tiene nostalgia de cuando por allí estaban los comunistas.
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Una bonita canción de la película
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