Seis miradas, seis puntos de vista de la violencia cotidiana. El primer relato tendrá lugar en un vuelo imposible donde se reunen varias personas con un nexo en común. La segunda historia, nos revelará como la venganza se puede producir en cualquier situación y en cualquier momento. En un oscuro bar de carretera, por ejemplo. El siguiente relato salvaje, nos llevará a la cordillera de los Andes, dónde una trifulca en la carretera puede ir más alla de una simple discusión. Lo siguiente será un ciudadano harto de las injusticias del sistema que decide tomarse la justicia por su mano de la manera más expeditiva. El quinto relato nos hará ver como la justicia siempre esta del lado del poderoso y como el dinero ablanda la moral de cualquiera. Y para culminar esta serie de historias salvajes, una boda en el limite de lo macabro, una fiesta de amor y destrucción que unirá hasta la muerte a dos amantes que se odian de la manera más pura y limpia que se puede odiar. Este último relato defiende mi teoría de que el amor no existe, solo existe el odio. Poco odio es cariño y mucho es animadversión.
Siguiendo con las producciones en castellano del pasado año, llegamos a una de las películas revelaciones del panorama internacional. Producida por los hermanos Almodovar, Relatos Salvajes nos trae la versión Argentina de la venganza más cruel. Si Chan-wook Park nos proponía una trilogía para hablar de ese acto de rencor (Old Boy & Simpathy For Mr./Lady Vengeance), el director argentino Damian Szifron (nacido curiosamente en La Matanza, Buenos Aires) nos traza una sucesión de 6 relatos para ubicar la venganza en el panorama actual. Crisis, sistemas anticuados, caciquismo, infidelidad, envidias, arrogancia, diferencias sociales... Todos estos conceptos omnipresentes en la sociedad actual (principalmente en sociedades latinas), generan actos de violencia. Y estos actos son los que el director nos quiere mostrar en su film. De manera irónica y bastante exagerada, Szifron nos expone diferentes situaciones a través de aisladas historias en su Argentina natal. Por momento brillantes (la del coche y la de la boda, sublimes) por momento aburridas y forzadas (la del arquitecto bastante tópica), el resultado final es una obra de cine fresco que ha sido muy bien acogida tanto por la crítica (varias nominaciones, incluyendo el Oscar) como por el público. El secreto del éxito radica en la mezcla de acción y comedia negra, sin perder nunca la perspectiva del cine de autor. Siempre con un claro mensaje, simple pero eficaz, un trasfondo social y una original puesta en escena, Relatos Salvajes es recomendable a los que gusten del cine de Tarantino, Robert Rodriguez, Alex de la Iglesia, el citado Chan-wook Park o incluso Pedro Almodovar. Violenta película para 'todos los públicos'.
Nota: 8.3
Para recordar: El padre del niño rico cuando se cansa de tanta 'sanguijuela' y decide contar la verdad. Pena no concluir la historia en esos términos.
Para olvidar: El director se muestra muy típico en algunos momentos, bajando el listón del original guión.
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