En el barrio obrero de God's Pocket, todo el mundo se conoce. Los hombres trabajan en oficios de toda la vida y se reúnen en el bar para charlar de cosas de hombres. Mickey es uno de los parroquianos fijos en las tertulias de pub. Esta especie de carnicero itinerante, esta casado con Jeanie, una atractiva cincuentona que nunca ha salido del barrio. La mujer tiene un hijo algo 'especial' que, como todo el mundo en God's Pocket, no tiene ninguna ambición en la vida. Aunque bueno, una cosa es no ser ambicioso y otra querer morir. En God's Pocket de vez en cuando pasan cosas curiosas, rayando lo bizarro. Y es entonces cuando el muchacho será el protagonista por primera y última vez de una historia, en este caso demasiado real. Una especie de accidente termina con su existencia. Digo especie, porque lo que verdaderamente ocurrió fue un asesinato involuntario. Nadie dice nada y a la policía no le importa la muerte de un 'don nadie'. A la que a si le importa es a su madre, que será tratada como loca por defender la verdad. Mickey le apoyará en todo lo posible. Pero en God's Pocket solo hay perdedores y el loco negocio que planeaba el carnicero para prepar un honroso entierro, termina en una desastrosa maniobra donde el cadáver del muchacho terminará tirado en medio de la carretera. A todo esto Jeanie, cansada de la mediocridad de su existencia se lanza a una aventura extramatriomonial para matar sus penas. La tranquilidad del gris barrio se verá alterada de manera violenta con este caso de crimen, sexo, engaño, mafia y algo de dinero.
Melodrama norteamericano, donde las alocadas situaciones se sobreponen a la historia lineal que parece ser cómplice de la mediocridad de los habitantes del barrio retratado en el largometraje. Con algunos altibajos, el resultado final es una entretenida película repleta de humor negro y pinceladas sociales que pretenden dejar una moraleja que no termina de llegar. El peso interpretativo de Philip Seymour Hoffman y la sensualidad de Christina Hendricks aportan un poco de 'pimienta' a los momentos más densos del film. Momentos que coinciden con los lapsos narrativos que se suceden como consecuencia de la falta de interacción entre los personajes. Una iteración que cuando ocurre no fluye naturalmente, dejando al espectador huérfano de sensaciones. No se sabe muy bien si este efecto es logrado a propósito para demostrar lo banal que es la existencia de la gente ruda y egoísta que vive en God's Pocket. Sea así o no, al terminar la película nos sentiremos como uno más de los paletos que llevan generaciones en el barrio, cosa que no sabremos si es buena o mala. Lo que si sabremos es que el sabor de boca tras el desenlace es más amargo que dulce.
Nota: 7.2
Para recordar: Los mafiosos desgraciados. Unos perdedores en toda regla. Un golpe de efecto al archi-explotado tópico del matón.
Para olvidar: La aparición del periodista putero y borracho. No aporta nada y le quita ritmo a la historia.
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