USA (2018) Calvin Barr es un jubilado que lleva una bidorra de cuidado, en un casoplón a las afueras de poblado de USA. Aunque parece un mierdecilla, cuando hay algún lio el tío suelta mamporros al más puro estilo Bruce Lee. Pero ¿que esconde este simpático pensionista? Durante la historia iremos presenciando pasajes de su pasado en el que parece ser que fue soldado en la segunda guerra mundial. Además estaba coladito por una chica local y se iba a casar y todo. Pero la guerra torció sus planes, sobretodo cuando los servicios secretos lo reclutaron para… ¡matar a Hitler! Una tarea para nada baladí y que le llevo meses de entrenamiento. Pero el muy pájaro no falló en su misión y se lo cargó. Según él los nazi pusieron varios dobles, para seguir teniendo un líder a quien seguir, ya que otras misiones para matar a Hitler también tuvieron éxito. O sea que el bueno de Calvin mató al tío más malo del planeta para nada. Esto le llevó a la depresión y no volvió a contactar con su churri. Más amargado que otra cosa, Mr. Barr solo espera que le llegue la muerte al lado de su único amigo, un perrete de estar por casa. Sin embargo, la vida del anciano dará un vuelco cuando el servicio de inteligencia se ponga de nuevo en contacto con él para dar caza a un peligroso animal portador de un virus letal para la humanidad: El Bigfoot. Calvin es el único inmune al virus y un tipo con dos ‘pelotas’ bien puestas. Así que nada, se pone sus botas de los domingos y se lanza a lo que puede ser su última aventura: matar al Bigfoot.
Como el título anuncia, estamos ante un irreverente film que por supuesto tiene hueco en pinículas. Esta pieza del cine underground la descubrí en un festival de terror alternativo que se celebra anualmente en Londres (www.frightfest.co.uk). Y para mi sorpresa, más que terror la obra es un drama humano que habla de la vejez, el amor y la sociedad. Protagonizado por un secundario de lujo, Sam Elliot, la cinta va trabajando una trama imposible y bizarra que gana credibilidad por momentos y que culmina con la rocambolesca caza del bigfoot (no revelo nada que ya no se diga en el título). Y de nuevo se produce una situación de humor negro cuando este animal, que realmente es un hombre en otra escala evolutiva, muestra su lado más sensible al frio protagonista. Una sorpresa desde luego ver este largo creado sin ninguna ambición.
Nota: 7.1
Para recordar: La caza final del bigfoot. Al fin un poco de acción…
Para olvidar: Que se intente todo narrar un poco de coña, lo que le quita peso al producto final.
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