Estados Unidos (1985) El detective Richard Chance, es un hombre duro al viejo estilo de los policías angelinos de los 80. Solo piensa en atrapar a la escoria que recorre la ciudad y no repara en los métodos y burocracia oficial que solo ayudan a que los criminales escapen de sus implacables operaciones. Un mal día, el honorable y valiente compañero de Richard es asesinado a sangre fría por la banda de Eric Master, un perturbado genio del arte que ha utilizado su talento para falsificar dólares de la manera más perfecta que se conoce. A Richard ya solo le obsesiona averiguar quien mató a su amigo y entra un una espiral de investigaciones descarnadas que no parece que acaben de la manera deseada. Más cuando su nuevo ayudante es un “mojigato” que siempre cumple las reglas. Y así no se puede funcionar con gente como Eric. Así que hay que meterse un poco en el fango, extorsionar a algunas chicas, golpearlas para que entiendan quienes son los “buenos”, robar algo de pasta del estado y así, solo así, podrán entrar en oscuro circulo de la banda de Master. El detective no repara en acciones ilegales para llegar a su objetivo, pero su compañero teme por su carrera, reputación, y, por qué no decirlo, por su vida. Aunque el agente novato quizás este equivocado, y esa vida, en los Ángeles de 1985, deba estar alineada con las “reglas” del oficial Chance.
Gran descubrimiento del cine policíaco de los 80, donde el protagonista, el archiconocido Grissom de CSI, lleva al límite el rol de “poli rebelde” que popularizó Sonny Crocket en Miami Vice. En este caso, podríamos decir que se quitan los “filtros” moralistas para mostrar un detective totalmente corrupto, al más puro estilo Abel Ferrara. A medio camino entre el poli duro y el poli violento, el protagonista va entrando cada vez más en una espiral de destrucción que arrastra a su fiel compañero. Un buen agente que tiene que entender la manera de funcionar en L.A. A destacar, a parte de la música, el papelón de Williem Defoe, en el rol de psicópata asesino, amante del arte y criminal despiadado. Una película fuera de todo tópico, dónde hasta el final tiene su originalidad.
Nota: 8.2
Para recordar: Lo desagradable que es el protagonista, al que no le falta detalle como al Teniente Corrupto.
Para olvidar: Un poco la caspa de los 80, con escena aderezadas con música electrónica. Muy desquiciante.
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