Tenorio Jr. es un pianista brasileño que cuenta con pocas obras en el mercado. Por casualidad, una de esas piezas llega a los oídos del poco inspirado escritor Jeff Harris. Hipnotizado por esa música decide buscar más temas del misterioso compositor. Pero descubre que no hay mucho más porque desapareció en extrañas circunstancias. Aún más fascinado con esta historia, viaja a Brasil para hacer una especie de investigación sobre los hechos acontecidos hace varias décadas atrás y que llevaron a la desaparición del músico. Tras varias entrevistas, se va dando cuenta de lo exótico del panorama musical carioca de los 70, a la vez que comprueba los horribles crímenes de estado que se llevaron a cabo. Una mezcla de sensaciones que hacen que Jeff abandone todos sus proyectos personales para encontrar la verdad sobre la posible muerte de Tenorio. Varios países, muchos amigos, relatos horribles y jazz + bossa nova por todas partes, harán que el investigador termine completando un mosaico de lo más variopinto.
Fernando Trueba a vuelta de todo se juntó con Javier Mariscal, para hacer un cómic que inspiró esta película (o viceversa porque coinciden en el tiempo). Para mi una obra muy interesante tanto visual como sonoramente, con una potente y triste historia detrás. Una mezcla de sensaciones continuas, cuando uno vuelve atrás en el tiempo a un Río de Janerio loco y feliz, en contra a lo que respira en la actualidad. Y mucho tiene que ver las atrocidades del pasado, con unas dictaduras criminales en sudamérica, auspiciadas por Estados Unidos en la operación Condor. Una pena que este tema se toque bastante por encima en la película y se extienda en demasía en las entrevistas a los conocidos de Tenorio Jr. Y es que esta trama es real y el largo es realmente un documental de animación, entrevistando a personas reales. Algo que termina haciéndose pesado y que, desde mi punto de vista, debería haber sido más residual. Pero el resultado final es muy atractivo, sobre todo con la música omnipresente en toda la obra.
Nota: 8.1
Para recordar: La mezcla entre dibujos de Mariscal y música Jazz, una delicia.
Para olvidar: Las entrevistas muy pesadas. Al principio es original, pero se alargan demasiado. Hay un punto que se empieza a narrar y es cuando deberían haber parado.
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