Producción francesa dirigida en el año 59 por Truffaut, premio al mejor director en Cannes y nominada al Óscar como mejor película extranjera. Antoine Doinel es un niño de 12 años que detesta el colegio, convive entre la delicada situación conyugal de sus padres y la severidad de un profesor de escuela que lo tiene amargado. Antoine es un niño vivo y creativo que como todo niño de su edad comete travesuras con la mayor inocencia del mundo, tras una de esas travesuras Antoine por miedo a mayores represalias hace novillos con su amigo René y descubre a su madre con otro hombre. Los castigos y las travesuras de Antoine entran en una espiral infinita y Antoine harto de esa vida traza un plan con su amigo René para hacer lo que realmente le gusta y es ver el mar, ese era el único deseo de un muchacho que no tenia maldad alguna pero que solamente su amigo René lo escuchaba.
Los cuatrocientos golpes es una obra clave del movimiento de cine francés de la nouvelle vague, una obra de arte del cine clásico que muestra en el año 59 muchos de los problemas que tenemos hoy en día, matrimonios donde trabajan ambos cónyuges y que lo que comparten únicamente es el pago de las facturas y un hijo que tuvieron cuando eran pareja y que la madre ni lo quería tener. Una generación de niños abandonados cuidados por sus abuelas y que no son escuchados porque los adultos no tienen tiempo de atenderlos. Realmente la película tiene dos momentos cumbres y son cuando Antoine responde a las preguntas de la psicóloga y cuando te estremece ver que Antoine por fin llega a ver el mar al final del relato. Cine para adultos que te hace reflexionar que los niños son un cuaderno en blanco al que deberíamos cuidar bastante más.
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