Producción francesa dirigida por Louis Malle en el año 1958, premio especial del jurado en el festival de Venecia. Jeanne es una mujer francesa de mediana edad casada con el director de un periódico de provincias, ambos tienen una hija pero la existencia de Jeanne es tremendamente aburrida y siempre está sola. Para divertirse pasa algunas temporadas en París junto a su amiga Maggy y se convierte en la amante de un jugador de polo español. A causa de los celos de su marido Maggy y el jugador de polo español son invitados a la casa de Jeanne y en el trayecto a causa de una avería Jeanne conoce a un joven arqueólogo que le hace sentir otra vez viva y recupera la alegría de vivir que antes había perdido.
Este film fue muy polémico en su época al tratarse de la infidelidad femenina, muestra a una como siempre espléndida Jeanne Moureau como una mujer independiente que toma sus propias decisiones, de hecho en España esta película fue censurada y no se estrenó. Relato esencialmente femenino, que no feminista, de como a mediados del siglo pasado el papel de una mujer era ser madre y esposa. Malle aborda una película típicamente francesa, de ritmo lento, buena música clásica, de planos largos y de miradas que valen más que mil guiones. Como en alguna ocasión he señalado en otros films estos relatos son para gente adulta y madura que ven en el cine alguna de sus propias reflexiones e inquietudes que han tenido alguna vez en su propia vida.
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