Samuel es un profesor de literatura de mediana edad se enamora locamente de una alumna que colma con creces todas sus expectativas. Una historia de amor de ensueño que termina de la manera más trágica cuando la muchacha se suicida sin razón alguna. Este es el comienzo de una tortuosa existencia repleta de remordimientos y pesadillas. Pesadillas recurrentes en las que ve el asesinato de una mujer. Samuel se encuentra hundido, acabado. Nada tiene sentido hasta que se percata de que la mujer de sus sueños ha sido asesinada en la realidad. Cuando visita el escenario del crimen se encuentra con Raquel, una mujer que ha tenido la misma pesadilla en la que encontraba un objeto místico que se esconde en la habitación de la asesinada. Es entonces cuando el maestro empieza a tener experiencias paranormales en las que un grupo de mujeres venidas del más allá intentarán dar con el objeto en cuestión. Las investigaciones de Samuel le llevarán a averiguar que sus perseguidoras no son otras que las míticas musas. Brujas que han devorado el alma de poetas y otros artistas a cambio de la gloria en sus obras. Ahora necesitan lo que Raquel y el profesor encontraron, si quieren continuar con su macabra y 'bella' labor.
El brillante realizador Jaume Balagueró vuelve a la gran pantalla con esta arriesgada apuesta por 'escapar' del irremediable éxito de su saga Rec. Supongo que para el director no es fácil renunciar a estas películas, a pesar de ser de dudosa calidad cinematográfica. Sin embargo con la pieza que hoy comentamos, Jaume sigue sin dar con la tecla para volver a ser el genio que creo 'Los sin nombre'. Si bien es cierto que 'Musa' es una película de terror atípica donde el suspense y el miedo se mezclan con la literatura, la poesía y el arte, dando lugar a una inteligente trama, el resultado final es una historia que se aleja del misterio para adentrarse en el drama y dejar claras las cosas demasiado pronto. El final intentará ser sorprendente y rotundo, pero la verdad es que al espectador le deja con ganas de más, sobretodo cuando se quedo sin misterios en los primeros 30 minutos. En definitiva, largometraje que se puede disfrutar pero que se queda lejos del nivel que se le pide al genial Balagueró.
Nota: 7
Para olvidar: Que nos quedemos sin sorpresas y sin sustos demasiado pronto.
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