Following

Producción inglesa dirigida el año 98 por Christopher Nolan, constituye la ópera prima del autor de la genial Memento. Bill es un escritor (más bien alguien que tiene la intención de ser escritor) que en plena crisis creativa y sin nada que hacer se lo ocurre seguir a la gente, convertirse en un voyeur. Para ello, Bill se impone unas reglas de seguimiento que rápidamente las violará y conocerá a Cobb, un tipo que sigue a la gente para entrar a sus casas para observar lo que tienen y de paso robar algunas de sus pertenencias, lo que empieza siendo como un juego pronto se convertirá en un rompecabezas donde Cobb, Bill y una extraña rubia mantendrán una lucha por sobrevivir y ser quien se lleve el gato al agua.

Following para ser una ópera prima he de reconocer que me ha dejado sorprendido, Nolan lo borda en este relato de complicadas elipsis, diálogos brillantes y un ritmo adecuado. Es mucho riesgo para un debutante abordar un texto tan complicado y con unos actores desconocidos que durante los fines de semana y 6000 dólares te salga una obra tan completa. Viendo esta obra comprendes como Nolan pudo afrontar el reto de dirigir Memento y que no le saliese una obra incomprensible. Su tratamiento del blanco y negro en la película es muy acertado y nos retrata un Londres anodino y sombrío que ayuda a lo que se nos está contando. Cine innovador de nuevo autor que únicamente en 70 minutos te hace recordar que lo importante en el séptimo arte es la historia que se cuenta y como mueves tu cámara.



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