Mike y Kyle son 2 amigos que se han propuesto ponerse en forma y deciden usar la bici por las colinas francesas. En una delirante conversación sobre 2 ruedas, Myke le confesará que tuvo una aventura con su novia. Lógicamente Kyle se pone furioso y acaban en el hospital y, de paso, con la relación sentimental de Kyle. Más adelante, Mike, arrepentido, vuelve a la vida de su ex-amigo, que, como si de un acto masoquista se tratara, lo acepta de nuevo en su circulo íntimo. Esto incluye a Marissa la nueva chica de Kyle. Todo va viento en popa y los amigos parecen haberse reconciliado. Aunque Mike, con el gen del mal dentro, vuelve a entrometerse y se lía con Marissa. Esto es inconcebible, y Kyle lo manda a la mierda ipso-facto. Tiempo después, con todo olvidado, Marissa decide contraer matrimonio con el buenazo de Kyle. Con todo listo, de nuevo, Mike querrá boicotear la boda con la excusa de intentar ayudar a su colega. Otro trauma y otro intento frustrado de recuperar la amistad. Aunque Kyle parece necesitar estas traiciones para estar completo y quizás acabe dando la enésima oportunidad al caradura de su amigo.
The Climb, la escalada, es una obra independiente, que, como su título indica, muestra los alti-bajos de una relación de amistad. Y esto es un poco también lo que pasa con la trama, que mezcla momentos divertidisimos con pasaje algo monótonos. Lo que no se puede negar es la originalidad de esta pieza, guionizada por los dos protagonistas (que se llaman igual que en la realidad), y dirigida por Michael Angelo Covino (Mike). El comienzo es memorable con la conversación sobre parejas a lomos de 2 bicicletas en medio de una ascensión terrible. Luego todo se vuelve un poco lioso cuando Mike vuelve a encontrarse con Kyle en un momento del tiempo que no queda claro si es anterior o posterior. La comedia va tornándose en melodrama y el espectador irá odiando más y más a Mike. Un Mike que irá jugando con nuestros sentimientos hasta dejarnos lo mejor de su duro corazón.
Nota: 7.7 Para recordar: Los 10 primeros minutos. Pa mearse. Para olvidar: Los giros melodramáticos del guión, que quitan peso a lo que podría haber sido una comedia memorable.
Serie producida por la cadena HBO con 10 premios Emmys de 19 nominaciones. El 26 de abril de 1986, la Central Nuclear de Chernóbil, en la región de Pripyat al norte de Kiev en Ucrania, sufre una explosión durante unas pruebas de ensayo que tenían programadas en la central. La explosión, de madrugada, hace que rápidamente acudan los bomberos a sofocar el fuego, creyendo que simplemente se trataba de una avería menor. Por aquel entonces, los contadores geiger, indicaban que el material radiactivo liberado estaba en niveles mínimos. Anatoly Dyatlov y su equipo, intentan enfriar el núcleo para apagar el fuego y algún integrante del equipo, sugiere que ha explotado el núcleo, algo que para Dyatlov y demás ingenieros es imposible, la causa de la explosión tiene que tener otra explicación. El gobierno comunista de la URSS, al principio, basado en las opiniones de los ingenieros de la Chernóbil, tampoco da mucha importancia a la explosión, pero poco a poco, la nube radioactiva va avanzando y los países escandinavos dan la voz de alarma, es el momento de los burócratas como Boris Shcherbina, que le ponen al frente de la operación para conocer el alcance de lo ocurrido y de realizar una campaña de desinformación para que la catástrofe, no salga de las fronteras soviéticas. No todos los físicos e ingenieros opinan lo mismo que la versión oficial que viene desde Chernóbil, Valery Legasov, físico soviético se desplaza hasta Pripyat para ayudar e intentar parar la catástrofe, por suerte, Shcherbina en su faceta más pragmática y menos burócrata, le hace caso y hace todo lo que le indica Legasov para parar la liberación de material radioactivo, los contadores geiger no eran fiables, ya que no medían lo que se estaba liberando. Todos los bomberos como Vasily Ignatenko, acabarán falleciendo al poco tiempo en un hospital de Moscú, otros habitantes acabarán con cáncer o viudas que estaban embarazadas con bebés con malformaciones. Mientras Legasov y Shcherbina siguen poniendo los cimientos para tapar el núcleo, les llega la inestable colaboración de Ulana Khomyuk, física bielorrusa que también se da cuenta de la catástrofe nuclear. La catástrofe que asola a media Europa fue detenida por estas personas, posteriormente, habrá un juicio para determinar las responsabilidades en este accidente, Dyatlov, sobrevivió pero le espera la cárcel, la mayoría de su equipo, falleció al intentar enfriar el núcleo. Pero Legasov, por decir la verdad, tampoco acaba bien, al descubrir, el verdadero motivo de la explosión. Condenado al ostracismo junto a Ulana Khomyuk, ahora con esta serie se le hace justicia. Aunque ya ni Legasov ni Shcherbina vivan para verlo ya que fallecieron a los pocos años de la catástrofe, debido a las radiaciones de cuando estuvieron en Chernóbil.
En el terreno de las series, sin duda, 'Chernóbil' ha sido la sorpresa de este año 2019. No porque cuente algo novedoso que ya no supiéramos, sino por la manera de contarlo. La ambientación de la serie es extraordinaria y realmente te mete de lleno en la URSS de los años 80, una potencia mundial claramente en declive, donde funciona mejor la burocracia y el espionaje que la meritocracia. El final del comunismo en las repúblicas soviéticas, se deben en gran parte a la tragedia de Chernóbil, Gorbachov no tuvo más remedio que implementar la Perestroika y abrir las fronteras, tres años después cayó el Muro de Berlín. La serie se centra en las figuras de Boris Shcherbina y Valery Legasov, como dos personas tan diferentes, terminan entendiéndose e incluso haciéndose amigos, el poder de Shcherbina junto a la inteligencia de Legasov, fue el binomio perfecto para salvar a Europa de la radioactividad. Como toda buena serie de HBO hay muchos secundarios que complementan muy bien la historia, los bomberos que acudieron después de la explosión, la población evacuada de Pripyat, los políticos y sus disputas internas, los incompetentes técnicos que se creen que pueden jugar a ser Dios. Es una serie donde hay un personaje invisible, que da mucho miedo y terror, mientras vas devorando cada uno de los cinco capítulos, incluso sabiendo lo que pasa, mascas amargamente ese miedo y te horrorizan los hechos acaecidos durante ese año 1986 en Ucrania, no solo por las imágenes de gran impacto como las de los bomberos reventados, la radioactividad como personaje invisible que antes comentábamos. No puedo entender que a partir de esta serie, haya surgido un tipo de turismo que visita Pripyat, es de locos. Lo que no es de locos, es recomendar la serie, soy muy fan de las series de HBO y está es una de las mejores.
Para Recordar: que en este mundo por encima de la burocracia e intereses políticos, haya personas que a través de su conocimiento, puedan detener tales catástrofes como la ocurrida en Chernobyl.
Para Olvidar: el destierro y el olvido de los héroes que salvaron a Europa de la hecatombe nuclear.
El equipo de un programa de la televisión japonesa, se desplaza a Uzbekistán parar rodar un capítulo dedicado a este exótico y desconocido país para la cultura nipona. El desafío es mayúsculo para todos, en especial para la joven Yoko que nunca ha salido de Tokio. Al más puro estilo occidental, los japoneses están llenos de prejuicios con culturas lejanas como la Uzbeka. Todo les parece raro y con cualquier tema pueden llenar un capítulo de curiosidades sobre este país. Lo bueno es que no tienen miedo de los oriundos, que, aunque muy diferentes, se muestran amables y colaboradores. Y es por esto que Yoko no duda en adentrarse sola en el corazón de la capital, Tashkent, tan solo acompañada de un mapa y algo de dinero. Sin conocer una palabra del idioma, solo con signos, se adentra por las calles y edificios de la urbe para empaparse de aquella rica y antigua cultura. En una de sus escapadas, irá demasiado lejos y, tras un malentendido con la policía local en el mercado central, dará con sus huesos en comisaria. Asustada y sin entender una palabra de lo que le dicen en un inglés más que rudimentario, tendrá que ser “rescatada” por el resto del equipo. Un equipo donde destaca el traductor que les esta sacando de más de un apuro. Con el material grabado y más que sorprendidos con las gentes de Uzbekistán, los intrépidos japoneses se marcharán del un país que parece hostil, con la sensación de haber estado entre amigos.
El festival BFI en su edición número 63, nos trajo esta peculiar co-producción uzbeko-japonesa, de difícil acceso en el mundo comercial. En una especie de homenaje a los lazos diplomáticos entre ambos países, el director Kiyoshi Kurosawa, nos muestra una perspectiva diferente sobre una cultura tan, tan, lejana como la Uzbeka. Todo visto desde el prisma de un japones. ¡Ahí es nada! Los japoneses tienen los mismo prejuicios que puede tener un occidental. No entienden (ni hacen por entender) la lengua, se sorprenden con cualquier leyenda o tradición local y son muy reacios a probar la gastronomía local. Pero la realidad es que las personas de Uzbekistán, son seres humanos como nosotros y durante la película, le director dejará claro que el temer esta cultura o el no querer integrarse, es una estupidez de titánicas magnitudes. La respuesta del comisario tras la más que sospechosa actitud de la protagonista, es el fiel reflejo de la personalidad cercana y racional de las gentes del país centro-asiatico. Una lección de civismo, que, unida a los paisajes y planos urbanos de la capital, hacen que el espectador más interesado en conocer otras culturas, disfrute a lo largo de todo el film. Un film que deja una moraleja secundaria, a través del total rechazo al machismo que muestra el equipo de realización japonés y que demuestra la apertura de mente del país del sol naciente, muchas veces acusado (de manera arbitraria) de ser machista y cerrado. Con esta película, Kiyoshi derrumba de un puñetazo estos tópicos sobre Japón.
Nota: 7.6
Para recordar: La actitud del comisario con Yoko. Para olvidar: La historia en si es muy simple. Hay que verla desde la perspectiva de un “documental” sobre Uzbekistán. Si se busca complejidad, el espectador acabará muy decepcionado con este largo.
USA (2019)
EEUU (2019)
Uzbekistan (2019)