Volvemos a Twin Peaks justo cuando sacan a Laura Palmer del fondo del lago. ¡Un asesinato en el pueblo es algo nuevo y desconcertante! Sin embargo conforme vamos conociendo a los modosos ciudadanos, nos percatamos que todo el mundo tiene algo que esconder… Desde la esposa modelo que en un acto de adulterio engendro una hija bastarda, pasando por el noble cacique del pueblo inmerso en putas y drogas, el anegado padre de familia poseído por el mal, el truculento camionero que veja a su mujer, el promiscuo alcalde octogenario, la depresiva mujer que no duda en convertirse en lujuriosa cuando recupera la juventud, la inocente secretaria que no sabe quien es el padre del hijo que espera… Un sinfín de personajes con características propias y sumamente marcadas. Este hecho, dificultara enormemente la investigación del asesinato de Laura. El agente del FBI Cooper, será el encargado de tan ardua tarea. Cooper no es menos pintoresco que el resto de habitantes, ni mucho menos. Tiene visiones premonitorias y un destino marcado hacia la tragedia. Quizás por eso es el hombre ideal para este caso. Tras muchas pesquisas y caninos erróneos, descubrirá al asesino, por puro azar. Y es que pillar al que mato a Laura no es la finalidad por la que llegó a Twin Peaks; una trama más oscura y desquiciante le espera lejos, en el bosque. Una trama demasiado violenta incluso para Cooper, que luchara hasta el final, que para muchos podría ser el principio de la misma historia.
Aquí tenemos todo una gozada y un ejercicio de alto nivel dentro del mundo del séptimo arte. Por primera vez en el blog, analizamos una serie, que bien podría ser una larga película. De hecho, la primera parte del comentario pertenece a la precuela de la dicha serie y que se realizo en formato largometraje con el título: Fuego Camina Conmigo. Una obra maestra, pensada para verse después de visionar la serie. A una cuidada selección de los protagonistas (excepto uno, son los mismos que en la serie), se unen cameos como el del irreverente David Bowie, el de Chris Isaak o el del mismísimo Lynch (protagonista de algunos capítulos de la serie). Con un fin claramente comercial (aprovechando el inmenso éxito de la serie), Lynch consigue una película fiel a su inquietante estilo, dónde la censura de la televisión desaparece por completo. Escenas de sexo, topless, lesbianismo, etc. Dotan de más credibilidad la historia de la truculenta vida de Laura. Un film necesario para aclarar las muchas dudas que genera Twin Peaks, tratado con maestría, y que sigue dejando misteriosos dilemas sin resolver. Quizás dé la sensación de un desenlace forzado para los que hayamos visto primero la serie (cosa que recomiendo fervientemente). Pero es que la versión de la pequeña pantalla es una obra impecable. Desde la marcada personalidad de los personajes, pasando por la fotografía, música, sonido, puesta en escena, decorados… todo merece la máxima nota. Los capítulos dirigidos por diversos realizadores, le dan un toque de heterogeneidad que muchas veces desconcierta (aunque siempre manteniendo una elevada dosis de calidad). Algún episodio más flojo que otro, la segunda parte de la serie se hace más comercial… hasta que llega al cenit con un final conducido por Lynch; un último capítulo donde descubriremos el sentido real de toda la trama y donde veremos el ascenso y la caída de los maquiavélicos habitantes de esa pequeña ciudad llamada Twin Peaks.
Nota: 9,8
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