Producción alemana del año 2005 dirigida por Andreas Dresen, premio del jurado al mejor guión en el festival de San Sebastian. Katrine y Nike son dos amigas que viven en un edificio antiguo de Berlín Este, en concreto en el barrio de Prenzlauer Berg, un barrio de la antigua Berlín comunista que tras la caída del muro se ha llenado de gente joven en busca de oportunidades y conviven con la gente anciana del lugar que ya vive sus últimos días cambiando al sistema capitalista. Katrine es una mujer separada con hijo (Max) que va a cumplir ya los 40 años y busca trabajo de decoradora tras su separación, ella es muy amiga de Nike, una mujer joven soltera que cuida de los ancianos de la zona, los asea, les lee cosas, limpia sus casas. Nike y Katrine pasan muchas noches en el pequeño balcón de la terraza de Nike hablando de la vida, de los hombres, de sus miserias y son felices en ese verano. Hasta que Nike conoce a Ronald, un camionero que transporta alfombras y empiezan una relación quedándose él cuando pasa por Berlín en la casa de Nike. La relación es toda una mentira y Katrine al no encontrar trabajo desesperada se refugia en el alcohol. El verano se torna díficil y sombrío pero la amistad prevalecerá y al final del verano todo se arreglará y vendrá el frío otoño.
Me animó ver este relato porque leí que era una película alemana de sangre caliente, donde se ve que los fríos y calculadores centro europeos muestran sus miserias y sus reflexiones ante la vida. Gratamente me ha sorprendido porque es ver el cine social de los 70's de Fassbinder en versión alemana unificada, en concreto en la ciudad que representa el cambio que es Berlín que constituye un personaje más dentro del relato. No vemos esos orgullosos alemanes que veranean en Palma de Mallorca tostándose al sol con una cerveza en la mano, vemos a dos mujeres que luchan por su supervivencia en un barrio obrero que antes era de la Alemania oriental, los secundarios de la película están muy bien construidos, los ancianos lo hacen muy bien, uno que quiere ir al colegio todos los dias, el otro que esconde el café y dice que ha desaparecido y la encantadora anciana tocando el acordeón. También el niño de Katrine tiene su peso en la película con su primer desengaño amoroso. Un obra coral muy interesante aderezada con la música del genial Pascal Comelade, indagaré más sobre este Andreas Dresen porque 'Verano en Berlín' es una gran película.
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