Malditos Bastardos

Estamos en la Segunda Guerra Mundial. No en la Segunda Guerra Mundial que todos conocemos. No. Estamos en una contienda alternativa, dónde un grupo de desalmados soldados aliados, conocidos como "Los Bastardos" siembra el terror entre las filas Nazis. Tan brutales como efectivos, se han propuesto un objetivo de lo más ambicioso: Matar a Hitler. Objetivo perseguido por demasiada gente. Los Bastardos trazan un elaborado plan que se concretará en una sucia taberna de pueblo. Una taberna intrascendente en un primer momento, pero que será crucial para el desarrollo de los hechos posteriores. Nada saldrá como lo habían ideado, aunque Los Bastardos no se detendrán hasta haber cumplido su misión ¿lo conseguirán?

Última 'locura' del polifacético Quentin Tarantino y nuevo chasco para sus incondicionales. Con una idea novedosa, la de inventarse un desenlace alternativo de la Segunda Guerra Mundial, Tarantino ha construido una amalgama de situaciones lineales en el tiempo y demasiado inconexas. Cierto es, que hay tres episodios geniales: el del comienzo, cuando seleccionan al experto en cine y el de la taberna; pasajes sublimes con un guión made in Tarantino, robusto, original y repleto de chispazos de humor negro. Estos cortes son islotes en un riachuelo compuesto por una trama simple carente de nudo: nos presentan a los protagonistas e inmediatamente nos encontramos con el desenlace. Un desenlace muy tópico, dónde los malos malisimos son castigados por la mano de un dios justiciero, que les hace sufrir una muerte lenta y dolorosa. A destacar la aclamada interpretación de Christoph Waltz (Mejor Actor en Cannes 2009), que le hace subir muchos enteros a esta mediocre obra de Tarantino. Si eres fan de este director, vale la pena ver el film, por los momentazos, puntuales eso si, que nos regala Quentin en esta nueva rayada suya.

Nota: 7


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