Producción brasileña del año 98 dirigida por Walter Salles (Diarios de motocicleta) que ostenta multitud de premios entre los más destacados el Oso de Oro del festival de Berlín a la mejor película y Oso de Plata a la mejor actriz (Fernanda Montenegro). Dora (Montenegro) es una escribiente que redacta las cartas a la gente analfabeta en la mega estación de tren de Rio de Janeiro, entre Dora e Irene luego en casa deciden que cartas enviar y cuales no porque ellas juegan a ser dioses y así también se ahorran el envío de todas. Tras entregar una carta la madre de Josué, esta es atropellada, en la carta la madre expresa el deseo de Josué de conocer a su padre aunque ella se opone. Josué queda huérfano y corre peligro vagando por la estación a consecuencia de las mafias. Dora se ofrece a ayudarlo y poco a poco se van haciendo amigos y los dos se embarcan en la aventura de buscar al padre de Josué.
Al igual que en "Diarios de motocicleta" Salles nos ofrece una tierna road movie que toca los sentimientos de la gente, su gran acierto es que trata sus historias con crudeza y entonces cualquier detalle te parece algo muy bonito, una cosa que nunca deberíamos olvidar las personas, esa es la gran enseñanza que yo he sacado visionando esta estación llena de gente anónima donde sin lazo alguno de sangre una mujer mayor que toda su vida ha sido soltera y sin hijos quiere a un chaval y lo cuida en ocasiones mejor que si fuera su propia madre. Un gran acierto de este director brasileño donde sus constantes en cuanto a ritmo, música y puesta en escena son facilmente reconocibles y muy trabajadas.
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