We Own The Night (La noche es nuestra)

Producción americana del año 2007 dirigida por James Gray. Nuestro protagonista Bobby Green regenta un club en Brooklyn de la familia rusa de Vadim Nezhinski, este personaje es de la mafia y tiene el control de la droga en toda esta zona de Nueva York. El hermano y el padre de Bobby (Joseph y Burt) son altos cargos dentro de la policía del Estado y en el momento de la historia a Joseph le ponen como jefe en narcotráfico para seguir la pista de Nezhinski. A Bobby le ofrecen actuar de infiltrado en la operación pero rechaza la propuesta hasta que el fuego cruzado afecta a la familia de Bobby, tendrá que tomar una rápida decisión para que tanto él como su novia Amada no aparezcan tirados en cualquier cuneta porque la mafia los ejecute. Como su padre le indica antes de que empiece toda la guerra la decisión de Bobby es acabar en la policía o siendo un narco, no tenía más alternativas.

Thiller de nuevo cuño que se adapta al principio muy bien al género clásico policiaco, con una gran historia, buen ritmo y un guión ágil. Joaquin Phoenix interpreta a Bobby Green muy bien como chulo macarra del Brooklyn, de hecho lo hace tan creíble que luego no cuela que sea tan responsable y buen policía al lado de una explosiva Eva Mendes que cumple con un simple correcto su papel de chica mala que quiere estar junto a su amor pero no aguanta la situación. Las actuaciones de Mark Whalberg y la de Robert Duvall (y me duele en el alma decir algo malo de este pedazo de actor) son patéticas. La segunda parte del film decae mucho y estropea lo buena primera parte que tenemos, pasar del asfalto de Brooklyn con una mafia elegante a un campo lleno de cañas con un tipo persiguiendo a otro para ejecutar su particular vendetta es un mal ejemplo de como fastidiar un guión y si eso le ayudas al final con un 'hermano, te quiero' entonces ya te dan ganas de vomitar y preguntarte porque no paraste la película a la hora y así te habría quedado un buen sabor de boca.


Para Recordar: El ambiente de la noche en Brooklyn y el papel del viejo Marat Buzhayev como jefe de la mafia junto a Vadim Nezhinski.


Para Olvidar: Las actuaciones de Whalberg y Duvall y el ñoño final del relato.



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