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jueves, diciembre 05, 2019

A Taxi Driver: Los héroes de Gwangju

Corea del Sur (2017)

Producción dirigida por Jang Hoon, mención especial en el festival asiático de cine. Nos situamos en Seúl en el año 1980, nuestro protagonista, el taxista Kim, es un hombre separado con una hija y muchas deudas, a duras penas puede subsistir con un taxi que se le cae a trozos, debe varias mensualidades del alquiler de la casa y le persiguen los acreedores. En Corea del Sur han asesinado al dictador Park Chung-hee y mediante un golpe de estado asciende el general Chun Doo-hwan al poder. Tanto en Seúl como en otras ciudades del país, empiezan las protestas, sobre todo por parte del sector estudiantil. Kim no entiende las protestas, bastante ocupado está con sus asuntos personales. Pero pronto, sus problemas económicos van a tener solución. Hasta Seúl llega el reportero alemán Peter, quiere llegar hasta Gwangju porque le han llegado informaciones de la terrible represión que el ejército está empleando sobre los ciudadanos y estudiantes. En el resto del país no se sabe nada de lo que está ocurriendo en Gwangju, la ciudad está incomunicada y hay ley marcial. Peter contrata el taxi de Kim para que le lleve a Gwangju y así poder grabar lo que está pasando, con el dinero de este servicio, Kim podrá saldar todas sus deudas y está feliz. El viaje cambia al llegar a Gwangju, calles desiertas, el ejército ha tomado la ciudad y los hospitales están repletos de heridos. Los estudiantes siguen rebelándose y adoptan a Peter y a Kim en su lucha, quieren que lo graben todo. Así Kim se da cuenta de la triste realidad de un país que ha sido ocupado por la peor cara del ejército, deja a un lado sus preocupaciones y se muestra como un ciudadano comprometido. Ayudará a Peter a su estancia en Gwangju y logrará sacarlo hasta el aeropuerto de Seúl para que publique todas las grabaciones. Gracias a esas grabaciones, el mundo se enterará de las atrocidades del general Chun Doo-hwan y bajará su popularidad hasta que finalmente llega la democracia a Corea del Sur. Peter luego intentó contactar durante su vida con este taxista héroe anónimo, pero nunca más supo de él cuando se despidieron en el aeropuerto de Seúl.

Debido a esta película, uno aprende de la historia contemporánea de un país tan desconocido como es Corea del Sur en estas latitudes, lo que cuenta este film es una historia verdadera de una auténtica masacre, que según medios no oficiales, fueron asesinadas unas dos mil personas. El ejército del temible Chun Doo-hwan, disparaba indiscriminadamente contra sus propios conciudadanos, sin importarles que incluso mostraran la bandera blanca de la rendición. En la película, las imágenes que recrean esta matanza son brutales, de un realismo que te indignan los hechos acaecidos. Los dos personajes protagonistas, hacen muy bien sus papeles, el taxista (Kang-ho Song), muestra dos caras de una misma persona, el personaje anónimo agobiado por sus problemas personales y el héroe ciudadano que echa una mano para tener un mundo mejor. En el otro lado esta el reportero alemán de la ZDF (Thomas Kretschmann) que es un periodista de raza, se infiltra en Corea del Sur como misionero y tiene un único objetivo, grabar lo que está pasando en Gwangju. No se deja en ningún momento llevar por sus sentimientos, cámara en mano, graba y graba por muy mal que esté el panorama. Por el reportaje consiguió multitud de premios y aunque intentó buscar a su taxista, nunca lo encontró porque le dio un teléfono falso en su despedida. La película es muy recomendable, además tiene bastante acción con unas carreras entre taxis muy bien filmadas. Eso sí, la película no va a ganar ningún premio al feminismo, parece ser que solo la revolución la hacen los hombres, las mujeres están en el hospital cuidando de los heridos.

Para Recordar: los valerosos habitantes de la ciudad de Gwangju y que gracias a las imágenes filmadas por el reportero alemán Peter con la ayuda del taxista Kim, esta masacre pudo salir a la luz pública.

Para Olvidar: la brutalidad del ejército coreano para reprimir las protestas, fueron de un salvajismo inhumano. Mientras tanto en los medios de comunicación se informaba que el ejército estaba deteniendo a peligrosos comunistas que llevarían la ruina al país.




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