Producción documental española dirigida en el año 2007 por Agustín Vila. Jean Leon nuestro protagonista se puso ese nombre cuando llegó como polizón a Nueva York procedente de Marsella, en realidad él no es francés y se llama Ceferino Carrión, nacido en Santander y ciudadano de Barcelona hasta que su familia se exilió en Francia a causa de la Guerra Civil. Una vez que Jean Leon logra su objetivo de llegar a tierras americanas viaja hasta Los Ángeles para hacerse actor, pero ese sueño se trunca pronto y se pone a trabajar de taxista, luego por la noche consigue un segundo trabajo como camarero y conoce a muchos actores, entre ellos a Frank Sinatra con el que hace buenas migas. Habla con James Dean para poner un restaurante pero ocurre el fatal accidente de coche del actor. Ese revés no impide que consiga abrir 'La Scala' con el dinero que le presta su cuñado. Este restaurante se convierte en el hogar de mucha gente de Hollywood y Jean Leon los trata como si fuera su propia familia, por allí desfilan habitualmente Dennis Hopper, Natalie Wood, Paul Newman, Marilyn Monroe, etc... Ceferino nunca niega a nadie una mesa aunque los tenga que poner a comer en la propia cocina. Con el tiempo intenta reinventarse y exploró otra zona, la de Tailandia.
Interesante documental que puso la televisión pública hace unas semanas. El género documental español tiene un gran nivel pero no cuenta con mucha difusión, esta es otra agradable sorpresa a la que sumar por ejemplo los documentales de Joaquím Jordá. En este documental da gusto ver y escuchar lo bien que hablan grandes estrellas de Hollywood como Dennis Hopper sobre este peculiar aventurero español. Pero el relato no sólo se queda en la mera anécdota de si le hacian fetuccinis a Elizabeth Taylor y los llevaban hasta Londres, sino que quiere mantener ese espiritu de supervivencia, reinvención y libertad que tiene el protagonista del film. Jean Leon reflexionaba que donde había sido más feliz fue en su época que llevaba el taxi porque era su propio jefe y si quería podía conducir sin ritmo hacía donde su intuición le llevase, cosa que hacía a menudo en esa época en su coche con número 3055, de ahí el nombre de la película. Un hombre que dejó una profunda huella por su carisma y su esfuerzo en mantener su independencia, no es que sea un ejemplo a seguir pero para mi es admirable.
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