El secreto de sus ojos

Producción argentina del año 2009 dirigida por Juan José Campanella, ganadora de 2 premios Goya y Óscar a la mejor película de habla no inglesa el año pasado. Benjamin Espósito se ha dedicado toda su vida a secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, en los años 70's ingresa como su superior Irene Menéndez Hastings, una joven de la aristocracia y por una casualidad les toca resolver el asesinato de Liliana Coloto, para Benjamin un caso que en principio le fastidia tenerlo se convierte en su gran caso al ver a su marido Ricardo Morales el amor que tenía por su fallecida esposa. 30 años después en su retiro el caso vuelve a la mente de nuestro secretario y quiere seguir buscando la verdad del caso y también buscarse a si mismo y resolver sus dudas existenciales a través de una novela. Así podrá honrar la memoria de su compañero en el juzgado, el entrañable borracho Pablo Sandoval y sobre todo descubrir ese amor que nunca fue confesado a Irene.

A pesar de competir con películas como 'La cinta blanca' de Michael Haneke o 'Un profeta' de Jacques Audiard finalmente esta producción se llevo el gato al agua en la ceremonia de los Óscars con el innegable sello del veterano director argentino que se merece un homenaje por toda su carrera, cierto que este relato además es su obra cumbre hasta el momento y por eso tiene un gran merecimiento el galardón. La interpretación por parte de Ricardo Darín y sobre todo de Guillermo Francella (Pablo Sandoval) son magníficas y el film no pierde ritmo en ningún momento aunque siempre está que siendo la película en español te pierdes mucho con el tono argentino. Tiene además algunos momentos cumbres que hace que el espectador no deje de sorprenderse, esa persecución en el estadio de Racing de Avellaneda, las continuas peleas de Sandoval en el bar o como el cabroncete de Romano le hace la vida imposible a Espósito. Un gran film con una banda sonora muy cuidada que permite pasar 2 horas de tensión y sobre todo de una cosa que es muy complicada actualmente, que no deja de sorprenderte por el buen guión que Campanella compone.

Para Recordar: El final poético de Morales con el verdugo de su mujer (Isidoro Gómez), cuanto justicia.
Para Olvidar: Algunos diálogos típicos de pajas mentales de los argentinos.


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