En un circo familiar, las relaciones entre los artistas son muy estrechas. Sobre todo en las que interviene Nanon, la bella hija del propietario. Dos hombres muy dispares rondan su corazón. Por un lado está Alonzo, un disminuido al que le faltan los brazos; por otro está Malbar el forzudo de turno. En contra de lo que podía parecer, la chica se siente más atraída por Alonzo; la razón es que odia los abrazos masculinos. Los interpreta como un signo de esclavitud. Sin embargo, el manco es más tunante que titiritero; como treta para trabajar en el circo vendó sus manos a lo largo del cuerpo. Aunque ahora esta locamente enamorado de Nanon y teme que la chica al descubrir la verdad, lo abandone por el forzudo. Por esto, planea un acto descabellado: amputarse los dos brazos. Mientras permanece en la clínica, Malbar se decide a abrazar a Nanon; esta, siente el calor del hombre y se prenda definitivamente de su virilidad. Cuando Alonzo descubre el idílio es presa de la locura; intenta acabar con Malbar pero esa no es tarea fácil para un minusválido sin brazos...
Un nuevo experimento cinematográfico del director de Freaks, Tod Browning. Resulta más que interesante ver como en 1927, un cineasta podía jugar así con la realidad y la ficción. En lo que podía interpretarse como una obra pionera del superrealismo, "Garras Humanas" ofrece una mezcla imposible entre el amor y la minusvalía. Rodada en formato mudo, esta obra ofrece al espectador una dosis de cine en estado puro y nos recuerda que el mundo del cine también se ha conformado con films como el que hoy comentamos en piniculas.
Nota: 7,1
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