La acción se desarrolla en Australia, entorno a 1880. Son tiempos duros en las antípodas. Al igual que pasará en el lejano oeste yanki, los aborigenes son rechazados por los colonos blancos. El racismo es atroz, al igual que el índice de criminalidad. Como sabemos, la mayor parte de los occidentales que nacieron en Australia provenían de delincuentes expatriados desde el viejo continente. En este período comenzaba a tomar peso el concepto de ley. Un militar de carrera, el capitan Stanley, quiere limpiar este concepto para conseguir un país tranquilo. Aunque sus métodos no son los más adecuados. Sobre todo al realizar un trato con uno de los hermanos Burns, Charlie: no matará a su hermano Mike si consigue traerle vivo a su otro hermano, el despiadado Arthur. Una porpuesta complicada, que Charlie acepta con desgana. La decisión parece la correcta, ya que Mike nunca ha cometido un delito, mientras que Arthur llevaba matando desde que pudo empuñar un arma. La odisea del mediano de los Burns, le transporta por los lugares más místicos de la vieja isla australiana. En su corto camino se encontrará consigo mismo y recordará el odio que se había forjado en su familia. Mientras en la ciudad, el Capitán Stanley romperá su parte del trato, lo que provocará una oleada de violencia que teñirá de rojo los uniformes de las fuerzas de la ley...
Curioso western anglo-australiano, escrito por el músico Nick Cave. Carne de festival, ha cosechado 13 premios desde su presentación en festival de Toronto. Lo más destacable (a parte de una gran banda sonora a cargo del propio Cave) es la cruda visión de una parte de la historia de un lugar muy poco explotado por el mundo del cine: Australia. El director nos muestra la gran similitud que existe entre el (archiconocido) oeste norteamericano y los inicios del siglo 20 en el continente austral. Violencia, racismo, mentalidad retrógrada... Tiempos duros en una tierra hostil. Por otra parte, la simpleza de la historia unida al fallido intendo de crear un film meditativo, deján al espectador con una sensación de vacio. En resumen, película curiosa, a ratos entretenida, pero con falta de miga cinéfila.
Nota: 6,9
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