Producción finlandesa del año 1990 dirigida por Aki Kaurismaki. Liris es una chica de Helsinki que vive con su padrasto y una madre que no le tiene mucho cariño, ella trabaja en un empleo rutinario y aburrido en una fábrica de cerillas cuya misión es supervisar el correcto etiquetado de las cajas. El director nos muestra todo el proceso de fabricación de una simple caja de cerillas, desde que cortan el tronco hasta el producto final. Al salir de su trabajo nuestra protagonista también se ocupa de las tareas de la casa, cocina, plancha y cuida de su horrible familia en un barrio marginal de Helsinki. En el poco tiempo libre que le queda sale a bailar por la noche sin mucha suerte ya que ningún hombre le hace caso hasta que un día se topa con Stepfather que la confunde con una prostituta y deja a Liris embarazada. Ella dentro de su inocencia quiere que Stepfather sea el padre y tener una familia. Todo se tuerce y Liris abandona su inocencia y rutina para vengarse tanto de Stepfather como de su familia y en general del género masculino. Por fin Liris hace por primera vez lo que le apetece aunque las consecuencias son fatales, encuentra en su detención su liberación.
En apenas una hora, con un guión que ocuparía dos folios y un presupuesto de risa Kaurismaki da una lección del lenguaje visual cinematográfico. Es una película densa donde parece que no pasa nada pero donde tanto las miradas de los personajes, como los escenarios y la música te lo está contando todo y con un siniestro sentido del humor escandinavo te cuenta poco más que una tragedia shakespiriana de la soledad de una chica atrapada en un trabajo sin futuro y que no es amada por ninguna otra persona. Al principio el espectador se siente desorientado porque no ve nada, los personajes van de un sitio para otro y la primera palabra es 'Dame una caña' en el minuto 8 del rodaje y la segunda es 'Puta' en el minuto 16. Pero todos los detalles son preciosos, como la chica compra con su mísera paga un vestido para ponerse guapa, como pone todo su corazón en la carta que escribe a Stepfather contándole que está embarazada y esa sangre fría que tiene en el uso del matarratas. La escena final es sublime que es cuando aparece la policía en la fábrica para su detención, cierta alegría asuma en su rostro porque por fin se libra de ese mundo cruel en el que vivía, todo esto aderezado con una estupenda banda sonora con buenos temas de rock y jazz. Por estas latitudes no es un relato muy conocido que sería incomprendido pero a mi parece una pequeña joya del séptimo arte. Una visión diferente que nos llega desde el norte de Europa.
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