Daybreakers

Estamos en un futuro cercano en el que un extraño virus ha infectado la humanidad. Y la infección no es otra que el germen del vampirismo. Poco a poco, todo el mundo bebe sangre para subsistir y duerme por el día; el mundo tal y como lo conocemos ha dejado de existir. Los que aún no han sido contagiados, sirven de alimento al resto. Granjas humanas prosperan, mientras los investigadores, intentan buscar un sustituto de la sangre, pues esta es cada vez más escasa. La situación es cada vez más dramática; la caza indiscriminada de humanos no consigue abastecer al pueblo vampiro. El reducto de hombres forma una resistencia para poder sobrevivir en la condición que nacieron. La inmortalidad no es la solución para todo el mundo. La lucha es encarnizada y el calor de la vida parece que dará lugar a la eternidad más fría. Solo queda una esperanza fruto de la casualidad más absoluta para evitar que los vampiros arrasen la tierra ¿será suficiente?

Película fantástica de reciente producción, encuadrada en el de tan de moda género de vampiros reconvertidos. Sería una más del montón, sino fuera por el curioso planteamiento de partida: ¿Qué pasaría si los que se tienen que esconder son los humanos? Con este prólogo, los hermanos Spierig nos propondrán un universo de lo más original. Todo esta adaptado a la vida vampírica: coches con cristales tintados y cámaras exteriores, la calles vacías por el día, laboratorios de investigación en busca de sangre artificial… Una sociedad perfectamente recreada que hace las delicias de los que disfrutamos imaginando mundos alternativos. Visualmente impecable, el apartado artístico se completa con una historia, dejémosla en, decente. Sin grandes alardes, el guión nos propone una trama de misterio que poco a poco va bajando de intensidad hasta el punto de llegar a la trivialidad más absoluta. Una trivialidad que flirtea con los tópicos del cine de serie B, pero que se redime en cierta manera conforme se acerca el apocalíptico final. En conjunto estamos ante una obra original (cosa dificultosa de encontrar dentro del género y que le da derecho a entrar en este bloque de Pinículas) y con muy buenos aciertos en lo que se refiere a la realización visual; realización que me recuerda en muchos momentos al estilo que utilizó Alex Proyas en mi venerada Dark City o El cuervo.

Nota: 7

Para Recordar: El comienzo de todo.
Para Olvidar: La poco imaginativa formula para lograr el antídoto.


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