Uno de los nuestros

Nueva York años 50. La vida en la vieja capital no es fácil. Los trabajos son duros y las jornadas largas. El sueldo es bajo y las casas pequeñas. Todo es complicado... si eres honrado. Esto mismo piensa Henry Hill; cansado de estudiar y de ver como su padre pierde la salud en el trabajo, admira a los matones que viven en frente de su casa. Todos les respetan, hacen lo que quieren, se les ve contentos... Cuando un día reclaman su presencia para un 'trabajito' el no se lo puede creer. Lo dará todo para conseguir agradar a sus jefes. Poco a poco se va ganando un prestigio. Junto con Tommy DeVito y Jimmy Conway, formarán una sociedad muy lucrativa, robando 'pacificamente' camiones de mercancias. Lo que hacen no se ve como un delito grave y la policia hace la vista gorda. Para Henry la vida del crimen organizado es ideal. Lo único malo es que el oficio de mafioso no es una profesión; mafioso sé es las 24 horas del día...

Clásicos entre los clásicos, este film de Scorsese ha sabido envejecer como pocos. Antes de verla, me resultaba complicado sorprenderme con un género del que no soy muy devoto. Sin embargo, esta historia me convenció de principio a fin. Es como si hoy en día, Tarantino realizara un largo de la Cosa Nostra: rodaría algo irónico, mordaz, salvaje... Pues Martin Scorsese se adelantó hace 20 años, narrando la vida de unos mafiosos cotidianos, orgullosos de su trabajo; con gestos muy humanos y con los problemas que cualquier persona tiene. Tan divertida como precisa, Uno de los Nuestros sigue siendo un film imprescindible para los que gustan de disfrutar con las grandes obras del cine.

Nota: 8,9

Para Recordar: Todo Joe Pesci.
Para Olvidar: El inevitable 'estancamiento' final, tras una brutal ascensión de intensidad durante las tres cuartas partes de la película.

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