Il sorpasso (La escapada)

Producción italiana del año 1962 dirigida por Dino Risi, ganadora en la categoría a mejor director en el Festival de Mar de Plata. Bruno Cortona (interpretado por Vittorio Gassman) es un hombre en edad madura que es un juerguista romano que en verano coge su destartalado descapotable y huye del calor de la capital italiana ya que la ciudad se queda desierta y busca aventuras por la costa genovesa a contemplar hermosas muchachas jóvenes bañándose en el Mediterráneo. En su camino hacia la costa para en casa de Roberto Mariani, un joven estudiante de derecho que pasa sus días de verano entre libros para preparar los exámenes de Septiembre, necesita un teléfono y el muchacho al tratarlo tan bien en su casa le dice que lo acompañe en su viaje que necesita desconectar de los libros. A partir de ahí se originan dos días donde Bruno y Roberto se conocerán y ambos visitarán a sus familias respectivas, se bañaran en Portofino, comerán sopa de pescado y sobre todo Roberto se dará cuenta de la farsa que lleva de vida y querrá por fin dar el paso y conocer a su amor platónico, la vecina del ventanal de enfrente de su casa, Valeria.

Nos encontramos ante uno de los mejores exponentes de la comedia italiana donde hace un papelazo brutal el protagonista Bruno Cortona, uno de los mejores papeles en la vida de Vittorio Gassman, la película gira toda alrededor de él y su arrolladora personalidad que va pasado de todo en la vida y descubre a los demás que el mundo es para la gente con iniciativa y con ganas de pasárselo bien, Roberto con su débil personalidad se ve arrastrado y fascinado por la vida de este hombre que por aquí lo llamamos el auténtico gambitero sinvergüenza que triunfa con las mujeres por la noche pero que luego lleva una vida vacía y que subsiste básicamente en engañar al prójimo. A destacar el buen guión que Risi construye a la medida que es este gran actor, la ambientación en la costa genovesa, me encantan los planos de Portofino, un sitio espectacular prácticamente desconocido para los que no son italianos y por último la música que corre a cargo del gran Peppino di Capri. Esa escena de la mesa de ping pong jugando Bruno y su futuro yerno mientras suenan los acordes de 'St Tropez Twist' ya hace que merezca la pena la visión del film, incluso el final es redondo por la desgracia que pasa, así es como veo que deberían ser la comedias, alegres en su ambientación y con ese toque triste al final que hace ver la amargura real de nuestras propias vidas.

Para Recordar: Vittorio Gassman, Portofino, la música de Peppino di Capri.

Para Olvidar: El sonido del claxón del coche de Cortona y los horribles subtítulos que han hecho en castellano para la película.



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