(Especial BFI)
El servicio secreto español no se caracteriza por la metodología de sus
agentes. Uno de los más famosos de los últimos años es Francisco Paesa. Y como
no podía ser de otra manera, no se hizo popular por su destreza, honor y
servicio a la patria; más bien todo lo contrario. Paesa pasó a la historia
negra nacional por su implicación en algunas de las peores etapas del gobierno
nacional. Ayudo contra la guerra sucia a ETA comprando armamento ilegal; ejercía
de embajador de un país africano para burlar la justicia. Por si esto fuera
poco, fue pieza fundamental en el caso de Luis Roldán, timando a unos y a otros
para llenarse los bolsillos a costa de los españoles. Este es el perfil de
nuestro James Bond. En el caso de Roldán se encargó de urdir una compleja trama
que le ayudo a robar todo el dinero que antes ya había extraído el ex-director
de la guardia civil. Un mundo sin escrúpulos en que todo vale si el fin implica
una cuenta corriente con muchos ceros. Hablamos de blanqueo de dinero,
asesinatos, extorsión, corrupción, falsedad de documentos y, como no, traición
y mentiras. Una vida trepidante a la manera ibérica que hizo historia a modo de
uno de los mayores escándalos de la política española (que es mucho decir)
Nueva sesión de cine BFI de la mano del director revelación del cine
patrio: Alberto Rodríguez (La isla mínima) En su nueva película se atreve con
el thriller político y no arriesga nada al hablar de un personaje más que
bizarro: Luis Roldán. Detestable persona que solo podía ser engañado por
alguien peor que el: Paco Paesa. Trepidante trama conspiratoria repleta de
giros y situaciones que, aun sabiendo el desenlace, sorprenden y entretienen
durante todo el metraje. Alberto había dejado el listón muy alto con la isla
mínima y, desde mi punto de vista, ha conseguido superarse con el hombre de las
mil caras. Sin perder el tufillo yanki del anterior largo, esta película ofrece
al espectador una historia más densa repleta de matices y de situaciones
curiosas. Por supuesto el despliegue interpretativo de los actores, destacando
Eduard Fernández (Goya al bolsillo), ayudan mucho a meterse de lleno en la piel
de los corruptos protagonistas. Siguiendo la estela del mítico cine policiaco
español (El Crack, Crimen Imperfecto), Rodríguez se supera a si mismo y con una
perspectiva más gamberra estilo Guy Richie, narra las diferentes etapas por las
que pasa Paco desde sus inicios hasta su 'consagración'. Una sucesión de
desventuras delicadamente hilvanadas que redefinirán una historia hiper
conocida con la difícil misión de sorprender y entretener al espectador que,
supuestamente, sabe todo de la trama. He de decir que el objetivo se consigue
con creces en la que puedo decir sin temor a equivocarme, que será una de las
películas del año.
Foto del productor:
Nota: 8.8
Para recordar: Paesa y sus comidas de negocios. Un timador en toda regla.
Para olvidar: Por decir algo, echo de menos el estilo ibéico. La pelícua peca de ser demasiado 'anglosajona'
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