Producción italiana del año 1963 dirigida por Mario Monicelli, nominada al Óscar al mejor guión original. A finales del siglo XIX, Torino tiene una gran industria textil que da trabajo a un gran sector de la ciudad junto a la compañía de gas. Los trabajadores de la fábrica trabajan 14 horas al día con un descanso de media hora para comer y a última hora de la jornada es donde más accidentes se producen debido al agotamiento de los empleados. Tras el último de los accidentes que no tiene cobertura por parte de la empresa, los trabajadores deciden reunirse y buscar una solución que pasa por reducir el horario de trabajo y tener más coberturas. Entra el escena el misterioso profesor Sinigaglia que ayuda a los empleados en sus propuestas y les dice que lo mejor es que hagan una huelga indefinida hasta que los patronos reculen en su actitud. Varios hechos ocurren durante la huelga que mostrará los diferentes caracteres que hay dentro de una empresa, los esquiroles, los trepas, los cobardes, los valientes, etc... Se empezaban a dar los primeros pasos hacía el sindicalismo para defender los derechos de los trabajadores.
A través de la cámara de Monicelli con un blanco y negro que caracteriza mejor la época que quiere mostrar, vemos el sombrío Torino de finales del siglo XIX donde los soportales son los mismos que hay ahora pero donde los trabajadores se levantaban a las 5:30 de la mañana y llegaban a su casa a las 10 de la noche, viviendo sus familias en condiciones infrahumanas y siendo totalmente analfabetos, la idea del profesor Sinigaglia de continuar hasta el final denota la actitud de un hombre culto pero que no se jugaba nada, muy al contrario que los trabajadores que sin conocimiento alguno y por fuerza bruta sólo se movían a base de impulsos. En medio de esto lío entre patronos y trabajadores estaban los trepas que se basan en su propio beneficio para mantener un equilibrio entre ambos bandos y pegarse una gran vida. Una obra muy de actualidad con los sucesos que están ocurriendo en medio mundo con la crisis económica donde los franceses no cejan en su empeño por defender sus derechos y donde una España adormecida, adocenada y sin rumbo no sabe ni lo que le conviene.
Para Recordar: Las pésimas condiciones en que vivía la gente en esa época, es algo que nunca hay que olvidar y que a través de la unión se consiguen los objetivos de un grupo. También a recordar lo bonito que es la ciudad de Torino, me alegró de nuevo ver los soportales de la calle Pietro Micca.
Para Olvidar: Lo usureros y huraños que son los de la escala media de la empresa y la cara del viejo y asqueroso patrono de la fábrica textil, si llegan a poner a Díaz Ferrán ni noto la diferencia.
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Películas alternativas, para los seguidores inconformistas del séptimo arte.
Me gusta el dinero de las mujeres por que es el mas dificil de conseguir. Ademas huele bien...
Harry Steele - Secret of the Incas
domingo, octubre 24, 2010
I compagni (Los camaradas)
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