Producción francesa del año 1967 dirigida por Jacques Tati. En el mundo occidental hay más tiempo de ocio y para la mayoría de la gente su mayor aspiración en ese tiempo es viajar e irse de vacaciones, hasta el aeropuerto de París llegan miles y miles turistas que son recogidos por los guías turísticos para enseñarles lo más emblemático de la ciudad francesa, los monumentos, su arquitectura, sus restaurantes más señoriales, etc... Entre medias de este panorama pasea Monsieur Hulot, un parisino que tras el cambio que ha dado la ciudad en post del progreso y del turismo no la conoce. De hecho todas las ciudades ahora parecen iguales, grandes edificios grises de diseño, una gran densidad de tráfico y todo dispuesto en un escenario para que los turistas disfruten de las excelencias de la ciudad que se han inventado por y para ellos.
Comedida con un gran mensaje subliminal de este conocido director francés que nunca lo había visionado y que me ha dejado gratamente sorprendido por su maestría en usar el humor para reírse de los aspectos más absurdos de la sociedad de ocio en Occidente. De como el estrés diario laboral se convierte en estrés vacacional y donde el descanso no existe, ya que, no hay que perder el tiempo y tenemos que consumir para el avance social. Hay varias escenas que te sacan una sonrisa y te dejan a la vez reflexionando, por ejemplo de como en la agencia de viajes la publicidad que tienen en los carteles siempre sale el mismo edificio y lo único que cambia es el nombre del destino o como se monta un restaurante en un hotel de lujo a toda prisa y resulta un fiasco más allá de ese legendario 'El Guateque' de Peter Sellers. Sin duda una obra maestra dentro del género de comedia y que me hizo pensar que si Tati ya tenía ese pensamiento en el año 1967, ahora le saldría una película aún mejor con el invento de contratar viajes por Internet, la multitud de touroperadores que existen y que viajar ya no es considerado como un capricho de esferas más altas, sino que accede también la clase media y jóvenes de media Europa.
Para Recordar: Las situaciones hilarantes por las que tiene que pasar Monsieur Hulot y sobre todo el metraje de la cena de lujo en el hotel, que maestría demuestra Tati para darnos una de las mejores cenas rodadas en el cine.
Para Olvidar: Al principio del relato Tati se muestra un poco denso y espeso con la trama del film, el gran defecto del cine francés, requiere algo de paciencia.
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