En 1983, la revolución tecnológica se centra en el mundo del video y la televisión. Un mundo que persigue el impacto, la subversión. No hay límites a la nueva imaginación; las imágenes en lata reflejan la nueva realidad. Max Renn, en su busca del programa más impactante, descubre un proyecto clandestino con el nombre de Videodrome. Nadie sabe desde donde se hace ni quien es el responsable. Una performance de violencia, que haría poner los pelos de punta al telespectador más sensible. Pero a Renn parece que le ha hipnotizado. Conforme va investigando más sobre el origen de Videodrome, más se va dando cuenta que quizás, las actuaciones no sean tales y de que lo grabado puede que sea un asesinato en directo. La trama se complica cuando Renn descubre que el ideólogo de Videodrome busca algo más que la subversión televisiva: la fusión entre la realidad y el video. La vida de Max se enturbia conforme los rayos catódicos lo van atrapando. Sexo al límite, gente que desaparece, crímenes aberrantes… todo es posible cuando se traspasa el umbral de la video-locura.
Obra cumbre de David Cronenberg, dónde podemos comprobar la máxima expresión de sus delirios más desconcertantes. Con una ambientación de videojuego, el director y creador de esta fantasía, consigue meternos en una pesadilla futurista (para su época) y hacernos protagonistas de las angustias de sus personajes. Como no podía ser de otra manera, un Cronenberg visionario y adelantado a su tiempo, nos desvelará el fenómeno del Snuff Movie, muchísimo antes que Tesis o Asesinato en 8mm (1996 / 1999). Probablemente, Videodrome, sea la película de referencia para muchos realizadores centrados en el género fantástico. Mezcla de ciencia-ficción, suspense y surrealismo, esta creación de Cronenberg definió una nueva estructura en la creación de películas, liberándolas el corsé clásico de introducción, desarrollo y desenlace, pero sin perder la fisionomía del cine convencional. A medio camino entre Lynch y Carpenter, Videodrome es un ejercicio de delirio visual, ensuciado con bajezas morales y mucha, muchísima imaginación.
Nota:8,3
Para Recordar: Las escenas de sexo de Renn con su amante.
Para Olvidar: Lo lejos que quedó el concepto de realidad virtual.
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