Suecia (2000) Producción dirigida por el iraní Reza Parsa. Ali El-Rashid es un taxista en la fría Suecia, está casado con una sueca y fruto de su matrimonio con ella tienen dos hijas, Sara y Jenny, está perfectamente adaptado a la vida escandinava y los fantasmas de su pasado en la guerrilla de su país de origen parecen haber desaparecido, un hombre feliz que quiere a su familia. En la puerta del colegio conoce a uno de los compañeros de su hija Sara, Leo Fredriksson, un niño enclenque de 12 años que abusan de él los mayores de otros cursos, en especial, el matón del colegio, Danne, mucho más alto y más fuerte que Leo. Ali anima a Leo a que plante cara con inteligencia y sabiendo cual son sus puntos fuertes, así podrá librarse de Danne. Ese consejo de Ali traerá fatales consecuencias para Leo, Danne y sus respectivas familias. Además los viejos fantasmas del pasado de Ali vuelven en forma de una de las veteranas guerrilleras del grupo donde Ali era el capitán, tiene un encargo para nuestro protagonista y tiene que decidir si ayudar a sus compatriotas aceptando el chantaje o mirar para otro lado y poner en riesgo a su familia en Suecia.
Interesante thriller donde el destino de un hombre y un niño se quedan unidos para decidir si combaten la injusticia con su propia violencia o permanecen impasibles abandonados a su terrible suerte. Por una parte tenemos a Ali, una persona adulta que ha renunciado a su lucha armada para tener una vida tranquila y familiar, el mismo anima al pequeño Leo a que haga frente al matón de la clase, lo que resulta una contradicción pero no lo es porque no quiere ver la injusticia que cometen con su pequeño amigo. Ambos personajes también están unidos por el amor, Ali quiere a su mujer y a sus hijas y por ellas haría lo que fuera. Leo está enamorado de una de las hijas de Ali, Sara, y por ella incluso mataría, aunque no sea un amor correspondido. Los personajes secundarios son esenciales para comprender el infierno que sienten nuestros dos protagonistas para decidir su destino, quieren ser felices pero la vida les ha puesto una zancadilla. Buenas interpretaciones por parte de todo el elenco, destacando como no a Per Graffman como Ali y Emil Odepark como Leo, los ojos de miedo del pequeño Leo son uno de los puntos de este film que te deja impactado. Muy recomendable, el pasado lunes este relato lo pusieron en La2.
Para Recordar: Que la violencia siempre engendra violencia, podemos ser poseedores de la razón pero si defendemos esta mediante actos violentos, las consecuencias serán fatales.
Para Olvidar: Como director iraní Reza Parsa le ocurre lo que tantos de sus colegas en la dirección, se ceban mucho en la desgracia, apenas hay resquicio para la esperanza.
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