Francia (2011) Producción dirigida por Robert Guédiguian, basada en un poema de Víctor Hugo sobre la pobreza, la película fue Espiga de Plata (Premio del público) en la Seminci de Valladolid. Michel trabaja y es sindicalista en los astilleros de Marsella, tras 30 años en la profesión, se produce un ERE en la empresa y veinte compañeros van a ser despedidos en un sorteo que dirigirá él mismo al ser un asociado sindical. No quiere trato de favor y él es uno de los trabajadores que son despedidos porque su papeleta sale en dicho sorteo. El golpe no supone gran trauma porque ya es un hombre mayor que pronto se iba a retirar, es feliz junto a su mujer Marie Claire y ahora ya a poder disfrutar más de la compañía de sus hijos ya mayores y sus nietos. Como despedida, Michel y Marie Claire organizan una gran fiesta con gente de los astilleros y la familia, el matrimonio es agasajado con una buena suma de dinero y un viaje a África. Todo va bien hasta que un día, junto a su cuñado y la hermana de Marie Claire son asaltados en casa por dos encapuchados. Les roban el premio y son golpeados y humillados. Tras la experiencia tan traumática ya no será lo mismo el retiro cuasi "voluntario" de Michel, uno de los dos asaltantes resultará ser alguien muy cercano a su círculo laboral que hasta ahora desconocía.
Nos adentramos en un relato de cambio generacional, donde el director desprende autenticidad y sin utilizar trampa alguna nos muestra un conflicto tristemente bastante actual. Por un lado, la sociedad aparca a los trabajadores más veteranos que lucharon hace décadas por un futuro en cuestión de derechos laborales mucho más óptimo que el que había entonces. Por otro lado, la juventud actual se encuentra apenas sin trabajo, sin esos derechos que sus padres consiguieron y sin apenas salida con toda la vida por delante. Michel se lleva a plantear diferentes dudas de si lo que han luchado ha servido para algo y si ha sido otro sindicalista que pronto se convirtió en un pequeño burgués, su mujer, Marie Claire tiene otro punto de vista, no tiene duda alguna de lo realizado y sigue luchando por lo que cree que es mejor. Tras el terrible incidente del robo con golpes, vuelven a asaltar nuevas dudas y la familia no ayudará precisamente a resolverlas, pero la unión tan bonita que hacen Michel y Marie Claire hará que salgan reforzados personalmente y sean un ejemplo para la comunidad trabajadora marsellesa. Una buena película europea que sería impensable por ejemplo en América, ya que en Europa, existe el concepto de Estado de bienestar que últimamente es atacado injustamente por cuestiones económicas. Muy recomendable.
Para Recordar: Las conciencias de Michel y Marie Claire, gente trabajadora que quiere un mundo mejor para ellos, su familia y todo el mundo. El dilema en que nos pone
Guédiguian para alinearnos con según que personaje, cada espectador tendría una lectura distinta del relato.
Para Olvidar: La actitud victimista de Christophe, el joven que es despedido mediante el ERE, siempre hay alguna solución. También cierto regusto a buen rollismo exacerbado a cargo del matrimonio protagonista.
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