Finlandia (1999)
Producción dirigida por Aki Kaurismäki a partir de la novela histórica de Juhani Aho, Juha es un granjero con algo de cojera en una de sus piernas, está casado con Marja, una mujer bastante más joven que él y muy atractiva. Ambos viven en un entorno rural, recolectan sus verduras, van por los mercados de los pueblos a vender y cuidan de su ganado, son una pareja muy feliz. Un día para en el pueblo un hombre de negocios llamado Shemeikka, su coche se ha estropeado y Juha le presta ayuda para poder repararlo, mientras Juha está mirando la posible avería del coche, Shemeikka corteja a Marja, le dice que en la ciudad vivirá mucho mejor y le promete riquezas y una buena vida. Al principio Marja se niega a la petición de Shemeikka pero nuestro hombre no ceja en su empeño y Marja finalmente cae en la tentación, en la ciudad al principio está deslumbrada ante los neones y un mundo nuevo pero no será precisamente una vida mejor que la que llevaba junto a Juha en el campo, un hombre honesto y fiel.
Kaurismäki con un tratamiento en blanco y negro y haciendo una película muda (la última película muda del siglo XX) nos vuelve a sorprender, hace un homenaje en primer lugar a Juhani Aho, escritor nacionalista finlandés que hace un canto a la vida rural y no a las complejas ciudades. Durante una hora y cuarto parece que te hayas transportado a las antiguas películas mudas de Buster Keaton o Chaplin. La historia no es que sea sorprendente pero el tratamiento sí y para nada en su duración se hace empalagosa porque la música de ambientación está muy bien elegida, incluso con alguna pieza punk que quién se iba a pensar que esa música fuera tratada en el cine mudo, los actores también tienen un gran trabajo ya que no cuentan con el diálogo para hacer su trabajo y sus registros son muy buenos, tanto Marja como Juhan como Shemeikka son personajes con una clara personalidad reflejados en el rostro de cada uno de ellos. Una frikada interesante realizada como bien dice el director en los últimos días del siglo anterior.
Para Recordar: La moraleja de la historia donde una vida sin grandes lujos es mucho más placentera que las complejas y grandes ciudades, también a destacar como antes he dicho a los actores, Sakari Kuosmanen, Kati Outinen y André Wilms.
Para Olvidar: La tragedia shakespiriana que se convierte el final del film, pero Kaurismäki nunca te va a hacer un final bonito, aunque normalmente deja algún pequeño hueco para la esperanza, aquí no.
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