EE.UU. (1964)En plena guerra fría, las dos superpotencias que más ganaron con la segunda guerra mundial, emplean sus casi ilimitados fondos en modernizar su maquinaria bélica. Como si de una versión primitiva del ficticio Skynet de Terminator, un cerebro informático se esta construyendo en USA; una computadora que tiene su imagen casi exacta en la URSS. Mucho más cerca de la ciencia que de la ficción, el alto mándo se muestra esceptico ante esta nueva forma de control militar: sensores que trabajan a miles de kilómetros, fotografias enviadas por satélites, bombas atómicas dispuestas con solo una orden del sistema... Es necesario auditar tan delicado entramado. Mientras los verdaderos cerebros yankis se preocupan por que nada salga mal, la rama fascista quiere aporvechar estos avances para establecer un nuevo poder: el poder de la cultura americana. En pleno debate algo sale mal y una orden errónea envia 2 proyectiles letales a Moscú. Puede ser el fin de la humanidad o el principio de una dictadura norteamericana. El presidente de Estados Unidos no quiere empezar una guerra ni quiere muerte de inocentes; deber evitar que las bombas arrasen la URSS. Para ello utilizará cualquier método para lograr que el avión patrio llegue a la Unión Soviética; cualquier métod. Incluso tiene un plan B de lo más macabro en el caso de que todo termine de manera dramática...
Una historia que comienza con una corrida de toros en Nueva York, inmediatamente es candidata a aparecer en nuestro blog. Este descubrimiento cinematográfico del maestro Sidney Lumet, se puede definir como una reflexión de las ansias de poder humano. Con contundentes discursos de fanatismo político, los alegatos mas que cercanos al fascismo del abyecto personaje bordado por el simpático (y genio interpretativo) Walter Matthau, son simplemente, sublimes. Un atrevido enfoque del realizador, que entiendo no debio gustar nada al sector más conservador de la sociedad yanki de mediados de los 60. Afortunadamente, la pelicula ha sobrevivido a la censura y hoy por hoy se considera una de las mejores obras del siglo XX. Con pocas premios en su haber (solo los prestigiosos galardones de BAFTA tuvieron el valor de nominar a Lumet), En el Punto de Mira es un largo indispensable para los que tengan interés en temas bélicos, en reflexiones morales y los amantes del séptimo arte en general (incluso para los seguidores de la ciencia ficción; como comento en la sinópsis, es demasiado casual la semejanza con la obra de James Cameron). Una maravilla de película.
Nota: 9,6
Para Recordar: En una guerra nuclear solo sobrevivirian los oficinistas y los presos más peligrosos.
Para Olvidar: La falsedad humana.
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